Una barra entre tijeras y navajas

Una barbería céntrica de Neuquén armó una barra donde podés sentarte a tomar gin, whisky o una cerveza artesanal con la idea de promover las relaciones sociales que generan este tipo de lugares.

Una barra entre tijeras y navajas

La escena es más o menos así.

Una barbería/peluquería, con una barra para tomar algo.

¿Suena bien? Claro que suena bien.

Luego se suma toda la constelación de referencias: navajas, brochas, espumas, lociones, sillones de barbería, música en el aire.

¿Suena bien?, claro que suena bien.

A eso le podemos agregar varios buenos whiskys, algún que otro gin y cerveza artesanal. Un plan grandioso.

Hay sitios en el mundo donde esto es normal. Incluso la gente utiliza la barra sin siquiera pasar por la navaja, se toma un whisky excelente y pira. Lo asimilan en lo cotidiano, como ir al almacén, al correo o a pagar los impuestos.

Una pausa y un par de copas para pasar el tiempo.

Los barberos en los tiempos medievales también oficiaban de médicos, dentistas y cirujanos, gozando de un prestigio social interesante por abarcar diferentes disciplinas. Estamos hablando del año 1500, está claro que no había revistas en las salas de espera, ¿ok?

La barba fue y es un poco objeto de culto, a través de los relatos, el cine, la literatura, la historia, etc. Antes los hombres gestaban una especie de gueto “masculino”, club social, lugar de encuentro. Las barras en las barberías son un poco eso, son sitios que han vuelto a tener trascendencia muy “trendy”. Vivimos en la época más visual de todas hasta el presente. Y todos los días se actualiza.

Hace algunos años conocí Salón Berlín, un reducto en Buenos Aires, donde se cortan desde Messi hasta Fernando Trocca. Son varios los barberos allí y el sitio es una hermosa cueva old school. Su barra es un punto de encuentro. El sitio tiene una atmósfera muy cope.

El Hormiguero quizá sea la única barbería en Neuquén con esa impronta. Si bien no te sacan muelas ni te recetan medicamentos, podés cortarte el pelo, la barba y disfrutar de un rico whisky. Buenos barberos y productos para el cuidado cotidiano.

En la planta baja del salón tres sillones listos para recibir historias, porque en las barberías y peluquerías como en los bares y salas de espera de consultorios también se entrelazan relatos y son momentos muy interesantes para disfrutar una caña Legui, un JW black label o una IPA Marplatense, cada tanto, previo a una afeitada o un corte. Contribuyendo a las relaciones sociales de los lugares que históricamente han sido eslabones claves para esto.


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