Buena sandwichería en carrito al costado de la ruta, en Cipo

Una opción al paso con precios para nada elevados. Productos ricos a la plancha.

Buena sandwichería en carrito al costado de la ruta, en Cipo

Una opción al paso con precios para nada elevados. Productos ricos a la plancha.

Buena sandwichería en carrito al costado de la ruta, en Cipo

Una opción al paso con precios para nada elevados. Productos ricos a la plancha.

Siempre regreso. Desde hace un par de años. Ahora la oferta de sandwichería se amplio y eso lo hace más seductor a pesar de que la calle colectora a la ruta 22 de la mano que va hacia el este donde esta instalado el carrito la hayan dejado un poco a trasmano para acceder. Igual sobrevive, con los colores de la academia, con las sillas y mesas de plástico un poco baqueteadas, con las banderas de colores ofertando el menú.

El sitio no tiene glamour, ni aire acondicionado, ni wifi, ni música funcional. No tiene camareros, ni café, ni los diarios del día. Si vas a buscar eso, no vayas. Si llegas a la hora que pica el bagre seguramente no conseguirás sitio para sentarte, salvo que comas en el auto o te lo lleves.

Pocos son los lugares en las calles de Cipolletti donde comer una buena bondiola de cerdo, bife de chorizo, milanesa, lomo, o carré en sándwich. Al paso, a buen precio y rico.

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El carro tiene los colores de la selección, de Racing, del cielo y está clavado en las afueras de una concesionaria de autos, cuando cierra, la chapa reza “vamos argentina”. Tomate, lechuga, huevo, criolla, chimichurri, buena porción a la vera del camino, si te toca viento es París Texas de Ry Cooder.

Pan francés, Felipe o de hamburguesa, buenos productos, frescos y ricos.

La ultima vez que fui hace unos días su dueño, que tiene un chamuyo divertido, mientras atendía silbaba un tango. En un momento éramos dos haciendo lo mismo, en simultáneo la plancha chillaba con un cerdo brillante y crocante. Hermoso y extraño magnetismo.

Todo el tiempo pasa gente, camioneros, viajantes, familias, empleados de las empresas del barrio, turistas.

La comida callejera debería ir creciendo con una legislación que la ayude.

Una ciudad que no tiene identidad culinaria en sus calles tiene el alma incompleta.

No solo es un eslabón más en la cadena productiva y en la economía regional, sino que le da un valor turístico cultural enorme. Reivindica al laburante, alimenta rico y a buen precio.

El vacío legal que tienen muchas ciudades del Alto Valle en materia de legislación con el chupi y el morfi en la vía publica, no solo es muchas veces un disparate ( generalmente está solo aprobado en materia de alimentos ejemplos que de nutritivos no tienen nada)

Este carro es sencillo y merece que lo visitemos cada vez que podamos.

La comida de ruta tiene otro sabor, aunque luego hagas dos cuadras y te vayas a tu casa a dormir la siesta.

Pediles que te tuesten el pan. Es increíble como los sándwiches cambian con solo eso.

Precios:

Súper choripán $ 70

Bife de chorizo $150

Bondiola de cerdo $150

Súper hamburguesa $120

Súper milanesa $150

Lomo de Cuadril $150

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