Zaffaroni cuestionó a los medios y pidió “quebrar el silencio del pensamiento”

Aseguró que se vive un contexto mundial donde el poder represivo avanza sobre los derechos humanos. “¿Ejercen el poder los que votamos nosotros o las grandes corporaciones trasnacionales?”, se preguntó en una charla académica.

El ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, remarcó anoche la necesidad de “quebrar el silencio del pensamiento” ante un contexto mundial donde el poder represivo avanza sobre los derechos humanos. “El peor de los silencios es el silencio del pensamiento y quiero invitarlos a quebrar ese silencio en este momento ya que estamos viviendo un tremendo contexto mundial”, aseveró el magistrado en el marco del XI Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos organizado por las Asociación de las Madres de Plaza de Mayo en la Ciudad de La Plata. “Hay una lucha muy clara por saber quién manda y por el poder en todo el mundo. ¿Ejercen el poder los que votamos nosotros o las grandes corporaciones trasnacionales?”, se preguntó ante un auditorio repleto. “Las grandes corporaciones quieren un modelo de Estado que tiende a condicionar a una sociedad, con un 40 por ciento de incluidos y un 60 de excluidos, y que garantice la más absoluta libertad de contratación”, agregó. “La pugna que existe es esa, lo que le agrega cada país son datos locales, pero esto es el marco mundial en el que estamos viviendo; una regresión mundial en materia de derechos humanos ante un avance del poder punitivo y represivo”, remarcó. Para el juez de la Corte, “hay una creación de realidad a través de la comunicación masiva que tiende a ocultar todos los peligros menos uno, que es el peligro que genera la llamada delincuencia común”. Zaffaroni explicó que así como en otros países la figura creada es la del terrorismo, en América Latina el estereotipo de peligro es el de la delincuencia común anclada en los adolescentes de barrios precarios. “Poco importa cuál sea la intensidad de la violencia, lo que llama la atención y revela que esto es un manejo que tiene un objetivo político es que, cualquiera sea la magnitud de los hechos violentos, la construcción de la realidad es la misma”, subrayó. “Esta realidad creada y difundida por los medios determina una situación donde existe un constante reclamo de soluciones de carácter punitivo. Hay mayor reclamo de leyes penales y los políticos responden a esta construcción, muchos por oportunistas, otros por temor a los medios masivos, pero todos se montan sobre esto”, agregó. En cuanto a las técnicas y aplicación de ese poder consideró que “lo ejerce la policía y los jueces pueden controlarlo hasta cierto punto” mientras que los legisladores “pocas veces saben lo que va a suceder”. “El poder punitivo es estructuralmente selectivo y elige mediante estereotipos, que es nada más que la síntesis negativa que nos hacen los medios masivos de comunicación social que tiene una sociedad, en este caso el del joven de barrios precarios”, indicó. El magistrado aclaró que las causas por las que el poder punitivo se instala fácilmente en la sociedad, a través de la construcción de realidad de los medios masivos, excede al sistema capitalista y no tiene su explicación en la pena en sí, ya que “la pena, no resuelve el conflicto”. “El poder punitivo se instala porque hay algo que viene de mucho más lejos y que es la venganza -aclaró-, la venganza contra el tiempo, el pensar que no puedo hacer que lo que pasó, no haya pasado. Venganza contra el tiempo lineal que está en nuestra civilización industrial, ya que estamos asentados sobre la idea lineal del tiempo”, sentenció. No obstante, el juez se mostró optimista en poder prevenir el “desborde” de ese poder punitivo que generó durante el siglo XX tantos asesinatos calificados de genocidios. “Tenemos que pensar cómo detectar estos procesos de gestación de chivos expiatorios, cómo detectar estos signos de paranoia social; en definitiva, cómo prevenir la masacre y para eso aparece el recurso más eficaz que es la reducción del ejercicio del poder punitivo que son las Garantías”, sintetizó. “Hay que perder miedo al silencio pero al peor de los silencios que es el del pensamiento. Hay que llegar al hasta el fondo y preguntarse: ¿Hasta qué punto tenemos un enano fascista adentro?´, para encontrarlo y arrancarlo. Creo que hay un acierto de Simón Bolívar que dijo que, ‘De todas las cosas, la más segura es la duda’”, finalizó. Télam.-


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