Zapatero cedió y llamó a elecciones anticipadas

Rajoy (PP) y Rubalcaba (PSOE) son los candidatos.

Con gesto serio, el presidente del gobierno español hizo el anuncio.

MADRID.- El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, puso ayer fin a meses de especulaciones y adelantó las elecciones generales para el 20 de noviembre en medio de la grave crisis económica que atraviesa el país, el fuerte desempleo y la creciente presión de los mercados financieros sobre España. El Ejecutivo socialista había tratado de frenar el debate una y otra vez asegurando que se mantendría en el cargo hasta el fin previsto de la legislatura, en marzo de 2012. Pero Zapatero decidió finalmente tirar la toalla y adelantar al 20 de noviembre la cita ante las urnas, en la que los sondeos auguran desde hace meses una holgada ventaja del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy frente al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Zapatero, de 50 años, había anunciado ya en abril que no aspiraría a una segunda reelección, en medio de sus bajos niveles de popularidad. Su manejo de la crisis económica lo convirtieron en el presidente del gobierno español peor valorado de la historia, incluso por debajo de Felipe González cuando su gobierno se encontraba inmerso en escándalos de corrupción o de José María Aznar cuando decidió mandar soldados a Irak. Según las encuestas, la mitad de los españoles le considera el principal culpable de la crisis económica que afecta al país desde hace más de tres años y exigía el adelanto electoral. La Comisión Europea prevé para este año que la economía española crezca apenas un 0,8%, mientras se espera que el déficit presupuestario se sitúe en el 6,0%, menor al 9,2% del año pasado pero todavía lejos el límite del 3,0% fijado por el Pacto de Estabilidad de la zona del euro. Y así, después de los multimillonarios rescates financieros de Grecia, Portugal e Irlanda, se mantienen en los mercados los temores de que España sea el próximo país en la lista. Apenas horas antes de que Zapatero anunciara su decisión, la agencia calificadora de riesgo Moody’s amenazó a España con rebajar su credibilidad crediticia, actualmente de “Aa2”, la tercera mejor, lo que dificultaría su acceso a financiación. Moody’s bajó además la nota a seis comunidades autónomas “ante el deterioro de su situación fiscal y su deuda”. Pero más preocupa a los españoles el desempleo récord en el país, que a finales de junio afectaba a 4,83 millones de personas, el 20,89% de la población activa. Según cifras oficiales publicadas ayer, el desempleo se redujo en 76.500 personas en el segundo trimestre, menos de lo pronosticado por los analistas para el comienzo de la temporada alta en el sector turístico, una de las principales fuentes de ingresos del país. En más de 1,3 millones de hogares, todos sus miembros están desempleados, mientras que el paro juvenil se encuentra en un 46%, más que en ningún otro país de Europa. Zapatero, quien en los primeros años de sus mandato implementó medidas sociales consideradas históricas como el matrimonio homosexual con derecho a adopción, reaccionó en los últimos meses a las presiones de los mercados y la Unión Europea con recortes sociales, como una bajada de sueldo a los funcionarios, la congelación de las pensiones, la elevación de la edad de jubilación o la facilitación de los despidos. Como consecuencia, el PSOE sufrió un fuerte descalabro en las elecciones municipales y autonómicas del pasado 22 de mayo, mientras las calles del país eran escenario de multitudinarias manifestaciones. El clima de descontento llevó al surgimiento del llamado movimiento de los “indignados”, que ocupó titulares internacionalmente con sus acampadas de protesta en numerosas ciudades del país para exigir cambios en el sistema político. En la mayoría de sondeos, el PP aventaja al PSOE en la intención de voto en más de 10 puntos, si bien el barómetro del estatal Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) asegura que la distancia se ha recortado en tres puntos desde la designación de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato socialista a principios de este mes. Además, el hasta entonces vicepresidente y ministro del Interior sería, según el CIS, el presidente preferido por los españoles, frente a Rajoy, quien ya ha perdido las dos últimas elecciones generales como cabeza de lista del PP, partido salpicado por una trama de corrupción que este mes llevó a la dimisión como presidente de la Comunidad Valenciana de uno de sus principales líderes regionales, Francisco Camps.


Con gesto serio, el presidente del gobierno español hizo el anuncio.

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