Zúñiga reparte culpas a todos

SAN CARLOS DE BARILOCHE .- La pesadilla del último domingo amenaza con sacudir de raíz al justicialismo provincial. Ovidio Zúñiga alcanzó con lo justo el objetivo de acceder a la cámara de Diputados pero no se olvidó de responsabilizar a Remo Costanzo por el pobre desempeño electoral.

A su juicio el resultado significó para el partido un verdadero «desastre político» y el actual senador y ex candidato a gobernador alimentó ese desenlace al proponer cortes de boleta en favor del candidato a diputado del MPP, Julio Salto.

Ajeno a cualquier autocrítica, Zúñiga relacionó la debacle electoral con la campaña «muy dura y desarticulada» que debió enfrentar, en la que lo afectó la «actitud mezquina de Costanzo».

También apuntó contra el presidente del consejo provincial del PJ, Carlos Larreguy, porque «la suya fue una ausencia notoria» de la campaña y esbozó como conclusión que el costancismo «parecía apostar a que el partido sacara a toda costa menos votos que en la elección de junio para gobernador».

Más allá de los lamentos y el reparto de culpas los números no mienten y señalan que la fracción de la boleta encabezada por Zúñiga sólo obtuvo el 25 por ciento en toda la provincia.

En casi todas las mesas los cortes de boleta fueron en su contra. En Bariloche (su ciudad) sacó 1.800 votos menos que Duhalde y también estuvo por debajo de la magra cosecha del intendente César Miguel, que buscaba la reelección. Incluso quedó tercero, un puñado de votos por detrás del candidato del MPP.

Aún así, para el dirigente gastronómico ese lapidario cuadro se debió a que «alguien trabajó pícaramente» promoviendo el voto combinado Duhalde-Salto, porque a pesar de la ruptura del Frente para el Cambio «la sociedad Costanzo-Salto no se cortó nunca».

También fustigó al senador por haber desamparado a los candidatos a intendente. «Esos pobres muchachos dejaron todo a la hora de trabajar por la candidatura de Costanzo y no recibieron el mismo apoyo», denunció.

Para Zúñiga, el problema no fue sólo la carencia casi absoluta de dinero para la campaña sino en especial «la falta de aliento público, de acompañamiento, salvo el que tuvo de sobra Costanzo hijo en Viedma».

Sin dudas el cimbronazo que sufrió el justicialismo tendrá secuelas profundas y el panorama comenzará a abrirse en un futuro congreso partidario. Seguramente allí se dirimirá ya no qué estrategia es la mejor para acceder al poder en la provincia sino cómo se supera el estigma de partido chico.

Según el diputado electo «habrá que comenzar a discutir cada tema desde las unidades básicas, socializar el mensaje del partido y favorecer el surgimiento de dirigentes jóvenes».

Si bien no se animó a decir en voz alta el destino que imagina para Costanzo, sí dijo estar seguro de que si el senador emprende nuevas aventuras electorales él no va a estar a su lado.