Cortadoras a tanza
Las conocemos como bordeadoras. Beneficios y riesgos.
el jardín
Teodorico Hildebrandt eljardin@rionegro.com.ar
Para quienes aprecian la comodidad, hay modelos con ruedas.
Sin duda, uno de los mayores trabajos del jardín es el corte del césped que, para que luzca bien, debe ser realizado una vez por semana y esta “amansadora” por lo general nos toca el fin de semana. Por eso, piense muy bien antes de decidir la superficie que ocupará, porque es muy fácil tentarse al comienzo y renegar después. Especialmente las terminaciones son las más trabajosas, para lo que tenemos las “bordeadoras” que nos permiten cortar contra paredes, entre veredas y al pie de las plantas. De estas a su vez tenemos con cable para enchufar a la línea eléctrica y las impulsadas por batería, que no necesitan el cable y otorgan mayor libertad de movimiento… de estas últimas no he encontrado ofertas en los sitios de Internet de nuestro país. De estas máquinas con filamentos de nailon que giran a velocidades de hasta 10.000 rpm, hay de todo “como en botica”… desde sumamente económicas que giran sobre bujes y por lo tanto sufren mucho desgaste, hasta las que tienen bolilleros (rulemanes) en los ejes y son de mucha mayor duración. Se las debe llevar suspendidas sobre el césped y esto ocasiona fatiga y produce cortes desparejos… por suerte son muy livianas y hasta se ofrecen con ruedas o carritos adicionales, para cortar superficies reducidas. Para los exquisitos que tienen jardines pequeños y varios miles de pesos para gastar, ya se consiguen en nuestro país cortadoras robotizadas, que cortan mientras usted toma mate, un vinito o una cervecita. “Hasta aquí todo bien, dijo el pavo y estaba en la puerta del horno”. Veamos entonces las desventajas que tienen estas “bordeadoras”. Las bordeadoras eléctricas no son peligrosas porque no es habitual que piedras o ramitas salgan despedidas a gran velocidad, pero sí en las impulsadas con motor a explosión (llamadas “desbrozadoras”), por su mayor potencia… Por lo que es importante que no haya personas o vehículos en las cercanías y trabajar siempre con antiparras. Además, el césped cortado mancha los pantalones y el calzado, así como a las paredes. El mayor peligro de las eléctricas, es que lastiman el cuello de las plantas. El nailon, al girar a gran velocidad, se pone rígido y azota con mucha fuerza, “degollando” los troncos… incluso daña troncos de árboles cuando aún son jóvenes. Aunque se trabaje con precaución, si la punta de la tanza toca el tronco o incluso se enrosca en él, el daño es inevitable. Con mucha frecuencia se me consulta sobre el porqué determinada planta –especialmente rosales– detienen su crecimiento e incluso corren riesgo de secarse. Al observar el sector cercano al suelo se ve claramente que se ha arrancado buena parte de la corteza, lo que dificulta o impide el descenso de la savia elaborada en las hojas que alimentará el sistema radical, con lo que la planta se debilita y no siempre logra restablecer este suministro. Por eso cuando se trata de pocos troncos, se los protege con trozos de caños de polietileno negro de 1 a 2 pulgadas partidos a lo largo y que permitirán que haya crecimiento en diámetro sin estrangular. Otra medida preventiva puede ser usar una pantalla metálica con mango largo, como una palita plana, que se interponga entre la máquina y el vegetal y se maneja con una mano mientras la otra sostiene la bordeadora. Como medida extrema, renuncie a trabajar en sus cercanías, agáchese y saque a mano lo que molesta… sus plantas se lo agradecerán.
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