Apareció Marcos Di Palma y no pasó inadvertido

La tarde pintaba para tranquila, salvo en pista, donde los auxiliares no daban a basto mostrando banderas rojas cada vez que un monoposto se iba afuera. Pero en los boxes, la sorpresiva aparición del mismísimo Marcos Di Palma hizo que por un rato los aficionados se olvidaran de los autos y pilotos del TC-2000. Estuvo apenas un rato en el autódromo roquense y, fiel a su estilo, se encargó de no pasar inadvertido.

Di Palma llegó a esta ciudad para traer en su avión particular a su amigo Norberto Fontana, quien es el compañero de equipo de Juan María Traverso en el equipo Toyota, nada menos.

El encuentro entre «Marquitos» y el «Flaco», a quien se lo vio muy distendido durante toda la tarde, fue inevitable.

¿Dónde se reunieron? En una especie de sala-comedor de Toyota, detrás de los boxes del equipo. Hablaron, aunque sólo ellos, Fontana y algunos allegados conocen el tenor de la conversación. Casi, ni tuvieron tiempos los fotógrafos y camarógrafos para ubicarlos juntos, alrededor de una bien servida mesa.

Como apareció, «Marquitos» se tomó el «buque». En realidad, Fontana lo llevó en una 4×4 hasta el aeropuerto, porque el ídolo de Chevrolet estaba apurado.

Igual, antes y fiel a su estilo, «Marquitos» dejó algunas frases con su particular sello, como «que Furlán y compañía me agarren la … (sic)», «a Fontanita lo corró así, de atrás…», «me voy antes que me aburra».

Más allá que no trascendió acerca de lo que hablaron, y más bien porque el encuentro se produjo en forma fortuita porque «Marquitos» acompañó a Fontana, entre los aficionados quedó flotando la sensación que el «Flaco» y el menor de los Di Palma no se llevan tan mal, al menos cuando se encuentran afuera de una pista.

Estaba claro que «Marquitos» sabía que se iba a topar con el «Flaco» ni bien pisara el circuito roquense.

Foto: Marcos Di Palma no perdió su estilo ni cuando lo tuvo enfrente al mismísimo Juan M. Traverso en los boxes del equipo Toyota.