Cayó otro helicóptero y murieron tres marines

El Pentágono dijo que se trató de un nuevo accidente y no de disparos iraquíes.

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Uno de los soldados norteamericanos atropellado por una camioneta es trasladado para ser asistido. Desconocen quién los atacó.
Kuwait.- Tres soldados norteamericanos murieron y uno resultó herido cuando un helicóptero UH-1 Huey de la Infantería de Marina estadounidense cayó a tierra en un puesto de abastecimiento de combustibles en el sur de Irak. Otros 15 resultaron heridos cuando una persona los atropelló con una camioneta en una base norteamericana en Kuwait.

Los militares estadounidenses dijeron que todavía estaban investigando la causa del incidente.

En cuanto al helicóptero, el Pentágono informó que se trató de «un accidente» y no de disparos enemigos.

«Un helicóptero Huey UH-1 de los marines se estrelló al sur de Irak. Hay tres muertos y un herido», dijo el teniente coronel David Lapan, vocero del Pentágono.

El aparato cayó a tierra a las 14.30 de Argentina por razones que se investigan, dijo el teniente John Niemann, en Kuwait, quien agregó que se cree que los marines mencionados eran los únicos ocupantes del helicóptero, que realizaba una misión de apoyo.

Poco antes, responsables de la base militar estadounidense en el suroeste de Irak habían afirmado que «cinco helicópteros de la fuerza aérea norteamericana se estrellaron en Irak en menos de una semana», aunque no dieron detalles de cómo aparatos fuertemente equipados y designados para operaciones de sobrevuelo, apoyo y transporte de tropas dentro de territorio enemigo se «accidentan» con tanta frecuencia.

«El accidente más grave» ocurrió el viernes por la noche cuando dos helicópteros de asalto Apache Longbow de la 101a. división Airborne se estrellaron intentando aterrizar en su base del suroeste iraquí al regresar de su primera misión, precisaron las fuentes.

Los cuatro pilotos que viajaban a bordo de ambos aparatos no sufrieron heridas graves pero los dos helicópteros Apache, de un valor de 30 millones de dólares cada uno, quedaron inutilizados, señaló un piloto instructor, el auxiliar de comandante Ted Hazen.

Además, dos Kiowa Warriors, helicópteros más pequeños utilizados para el reconocimiento aéreo, la seguridad y los combates en zona urbana, se estrellaron también al aterrizar en su base, señaló el coronel Greg Gass, el comandante de la brigada aérea de la 101a. división. En ese caso, «el accidente» tampoco causó heridos graves pero se necesitará un mes para reparar el aparato.

En cuanto a los soldados norteamericanos atropellados en Kuwait se informó lo siguiente: «A eso de la una de la tarde (1000 GMT), afuera del Campamento Udairi, una camioneta atropelló a un grupo de soldados que estaba afuera de la instalación. Entre 10 y 15 soldados resultaron heridos», dijo el comunicado del ejército.

«Hubo disparos efectuados por los soldados ilesos contra el vehículo y en estos momentos el incidente está bajo investigación», agregó.

El portavoz militar, coronel Guy Shields, dijo que el conductor estaba vestido de civil, e indicó que el número de heridos probablemente cambiaría. Previamente, una fuente militar estadounidense dijo que un asaltante condujo un camión contra un grupo de soldados que hacía fila en un mercado militar afuera del Campamento Udairi, el norte de la ciudad de Kuwait.

(Télam SNI y DPA)

Ataque en Afganistán

KABUL.- El cuartel general de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), situado en la capital, Kabul, fue alcanzado por un cohete, según anunció el jefe de la Policía Nacional, Harun Azzefi. Las instalaciones se encuentran cerca de la Embajada estadounidense y de la presidencia afgana.

Un segundo proyectil cayó en Arzan Kimat, en el distrito de Pul e Chakri, en el este de Kabul.

Las fuentes señalaron que los morteros pudieron dispararse desde algún punto situado a pocos kilómetros de la ciudad y apuntaron que, en las últimas semanas, se han producido varios ataques de este tipo.

Más de 5.000 soldados de un total de 29 países foman la ISAF, cuya misión es el mantenimiento de la seguridad en el área de Kabul, que se ha convertido en una isla dentro de la violencia que sigue viviendo la mayor parte del territorio Afgano.

El arma de Hussein: la aversión de EE. UU. por las bajas

Qatar.- En la víspera de la Guerra del Golfo en 1991, el presidente iraquí, Saddam Hussein, le dijo al encargado de negocios de Estados Unidos en Bagdad, Joseph Wilson: «La de ustedes es una sociedad que no puede aceptar 10.000 bajas». Hussein perdió la guerra, pero tenía razón. Ahora, en un nuevo enfrentamiento armado con Estados Unidos, está haciendo los mismos cálculos.

«La Guerra del Golfo en 1991 generó una expectativa irreal sobre el tema de pocas bajas en un enfrentamiento armado, no sólo entre el público en general, sino también entre los militares», escribieron Michael Gordon y el general Bernard E. Trainor en el libro «La guerra de los generales».

«Una pregunta que originó la Guerra del Golfo es si los comandantes pueden ser lo suficientemente agresivos para perseguir al enemigo hasta el límite en la era de la televisión, cuando los intereses en juego son menores a la supervivencia nacional», agregaron.

La batalla más dura hasta el momento en la última ofensiva liderada por Estados Unidos contra Irak dejó menos de una decena de muertos, pero los medios de comunicación informaron ampliamente sobre «fuertes bajas».

«Eso es lo que Saddam quiere escuchar porque Saddam cree que nosotros consideramos 10 ó 12 bajas como algo fuerte, y que no aceptamos grandes números de bajas», dijo Kenneth Pollack, del Instituto Brookings.

La aversión a las bajas ha sido una prioridad en el combate de los estadounidenses desde la cruenta Guerra de Vietnam hace tres décadas, conflicto en el cual murieron 58.000 soldados estadounidenses. Una sangrienta intervención hace 10 años en Mogadishu, la capital del país africano de Somalia, reforzó las preocupaciones para tratar de minimizar los riesgos para los soldados norteamericanos. Allí murieron 18 estadounidenses y el cadáver de uno de ellos fue arrastrado por las calles de la capital somalí en señal de triunfo.

La campaña aérea de la OTAN contra Kosovo en 1999, en la cual fueron arrojadas más de 10.000 bombas en 78 días sin que los atacantes sufrieran bajas, pareció dar inicio a una nueva era de guerras con «ataques quirúrgicos» sin necesidad de llevar a cabo arriesgadas operaciones terrestres.

Esa teoría fue reforzada en el 2001, cuando las fuerzas estadounidenses volvieron a aprovechar todo su poderío aéreo para derrocar al gobierno Talibán en Afganistán.

El número total de bajas entre las fuerzas aliadas de la guerra hace 11 días es de 59 muertos y 15 desaparecidos, mucho menos que los 358 efectivos que cayeron en combate durante la Guerra del Golfo entre 1990-91. (Reuters)

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