Chango Spasiuk, el eterno aprendiz

El músico estaráde gira en la zona desde el jueves.

En pocos días, desde el 10 al 18, el Chango Spasiuk estará entre nosotros, compartiendo sus “Sonidos de la tierra colorada” (ver fechas aparte).

Pero antes de eso, hoy mismo, subirá al imponente escenario del Teatro Colón de Buenos Aires, para dar un concierto especial dividido en dos partes, dentro del Ciclo “Intérpretes Argentinos” organizado por la prestigiosa sala.

En la primera se presentará con su sexteto interpretando temas de su etapa más reciente, y en la segunda lo hará junto al violinista Rafael Gintoli y la Orquesta de Cámara Estación Buenos Aires, para desplegar “Suite del Nordeste”, composiciones propias en una puesta camarística con arreglos y dirección de Popi Spatocco.

El concierto de hoy a las 11, con entrada gratuita, será además registrado para editar el que será el primer álbum en vivo del misionero.

En el 2009, tras su regreso al Festival de Cosquín, una posterior gira por Europa y Estados Unidos y la actuación en el Carnegie Hall de Nueva York, Horacio editó “Pynandí–Los descalzos”, producido por el compositor norteamericano Bob Telson. El disco fue presentado en el porteño Teatro Coliseo en dos inolvidables conciertos con entradas agotadas. El sensible músico de Apóstoles transita una nueva etapa de crecimiento y reconocimiento profesional.

Chango lleva editados ocho CD; ha participado como compositor en proyectos de largometrajes, ciclos documentales y obras de teatro, y también conduce y realiza “Pequeños Universos” por Canal Encuentro, que va por su quinta temporada.

En uno de los programas de este ciclo, “Chubut: Gaiman, música galesa”, el lugareño Billy Hughes canta en galés, se emociona y maravilla a Horacio, generando un momento único de encuentro y aprendizaje que concluye en un largo, hondo silencio en medio de la inmensidad patagónica…

“Todos siempre estamos aprendiendo, es muy poco lo que sabemos. Se pueden conocer mucho, pero trato de estar abierto a las cosas que suceden y algunas lo hacen de un modo emocionante, tan espontáneamente…”, confiesa en su charla con “Río Negro”.

Y enseguida, cómplice, agrega: “Voy a contarte un pequeño secreto… creo que en “Pequeños universos”, en cinco años que vengo haciéndolo, nunca hubo un tiempo de silencio tan hermoso como ése. Y el director, Federico Serafín, a partir de entonces, todas las veces que puede trata de encontrar algo semejante y todavía no ha vuelto a ocurrir”, dice.

“Fue un momento muy bello de todos mis viajes, de un reposo espontáneo que parece preguntar qué más se puede decir después de esto… absolutamente nada. Todo lo que nos rodea, es una oportunidad para aprender, incluso alrededor de lo que se cree saber. Lo digo corriéndome de la falsa humildad, honestamente, siempre hay algo nuevo para experimentar. Y para reinterpretar, reelaborar lo ya conocido. Lo que creemos y llamamos realidad, se está modificando de modo constante y depende de uno qué tan atento, despierto y presente esté para aprovechar esa situación, esa circunstancia”.

–Mientras te escucho me van apareciendo imágenes tuyas mientras tocás en vivo, miradas con quienes te acompañan. Allí también se ve la disposición que tenés para escuchar al otro.

–El otro día el director de la “Suite del Nordeste”, Gustavo Spatocco, hacía una observación muy interesante: que la orquesta (de Cámara Estación Buenos Aires, con la Spasiuk va a tocar en el Colón) suena como una expansión del acordeón, en cuanto a las dinámicas y a los fraseos. Entonces, cuando está tocando el otro, de alguna manera toco yo. Cuando otro desarrolla una frase, está hablando de mí, también. Lo que yo tengo para decir o compartir es lo que dice mi acordeón y todos los demás instrumentos. Por eso disfruto tanto, porque todo lo que suena habla de mi mundo sonoro y de mi manera de ver las cosas. Eso también me expresa, soy yo. Por ello valoro tanto lo que otros músicos desde sus instrumentos y desde su capacidad, van desarrollando. Tiene algo de metafórico, pero el otro es uno y uno es el otro. No son simples palabras. Si uno presta atención, encuentra mucho en esa reflexión.

Recuerdos de provincia

“Cuando yo era niño tampoco podía hablar cuando sucedían encuentros así gracias a la música. Era como un saboreo y producía entusiasmo, el corazón latía a una velocidad enorme”, recuerda el Chango Spasiuk de su vida en Apóstoles,

“La carpintería (de Lucas, su papá violinista y Marcos, el tío cantor) o el patio de mi casa dejaban de ser un terreno de trabajo, de sierra, de martillo, de serrucho y se convertía en un lugar donde sucedían otras cosas. Como si a un gurí le trajeran hoy la última PlayStation con un plasma inmenso y le transpiraran las manos para sujetar el joystick…”, dice.

–No había nada de eso en aquel entonces…

–No. No había nada de todo eso pero sí una exaltación enorme emergente del encuentro musical, una oportunidad maravillosa. Como el director Serafín que espera repetir lo de Gaiman, yo trato torpemente de tener aquella pureza para acercarme a la música. Es fundamental estar como vacío y limpio para dejarse atravesar por el sonido. Lo intento todo el tiempo…

–¿Y tocar en el Teatro Colón, qué te provoca?

–Hoy, que voy a tocar en el Colón, pienso en si será el momento. Por un lado siento que sí porque algunas cosas en cuanto al concepto camarístico han logrado buena síntesis y creo que vale la pena expresarlas en ese gran teatro. Para mí es un honor. El proyecto con el Maestro Gintoli también es muy hermoso, con arreglos de Popi y gran parte de mi música orquestada para una formación de cámara, tres primeros violines, tres segundos, dos violas, dos violonchelos, percusión y contrabajo. Y si no lo fuera, sirve para reflexionar, estudiar y pensar que situaciones semejantes son un compromiso a partir del cual, siga haciendo con cierto nivel de seriedad.

–¿Qué reflexiones te despertaría?

–La música no es un terreno para decir boludeces, es un ámbito de reflexión colectiva sumamente constructivo y dentro de las posibilidades y limitaciones, hay que tratar de estar a su altura.

Los que vendrán

“Los hombres que saben dicen que nada está fuera del hombre. La vida me ha dado mucho más de lo que yo esperaba recibir, igual debo reconocer que soy ambicioso y si viene más, que venga”, dice el Chango, siempre reflexivo.

“Las personas que más cerca tengo son mi padre (fallecido en el 92) y mi madre. Mi mamá con la que tengo una relación muy bella en los últimos años, es una mujer de ochenta y es tan extraño que ella venga al Colón, a un teatro de tales características, desde Apóstoles, con mis hermanos, como que mi música llegue a ese coliseo. Creo que entre el público, enseguida los van a reconocer, si miran en el montón”, se ríe y se emociona este música que hoy tendrá a su familia como espectadora de su llegada al Colón.

“Un hermano dice que esta música siempre es a la altura de la gramilla… Simple, aunque en su armado no lo sea tanto, últimamente. En su esencia sigue siendo campesina, de agricultores y del nordeste, que habla esas cosas y del hombre, por supuesto. Estarán mi mujer Rita y nuestra hija, Vera que me acompañan en todos estos años en el trabajo. No necesito mucho más. A esas personas las tengo presentes todo el tiempo y hoy van a estar”, enumera como para que quede clara la importancia de la familia, de su presencia, de su acompañamiento en estas y en todas las situaciones.

“Trato de mantener un profundo sentimiento de agradecimiento por ellas y por las anónimas, muy amables, respetuosas, que se cruzan en mi camino, me saludan con generosidad y me conmueven. Es un regalo que va más allá de lo que uno cree hacer”, agrega.

“La misma alegría me da tocar en el sur en la gira que empiezo el 9 de octubre, con “Sonidos de la tierra colorada”, acompañado por Víctor (Renaudeau en violín), Marcos (Villalba, excepcional percusionista, también en guitarra y voz), Diego Arolfo y Alfredo Bogarín en guitarras, y la chelista Heleng de Jong.

“Todo lo que entre de mi música en ese concepto, colorada, vamos a mostrarlo en Viedma, en Neuquén, en el Cine Teatro Español al que han renovado, en El Bolsón, en Bariloche y Roca. Estamos con muchas ganas de visitar la región y superafilados porque venimos ensayando mucho para el Colón y seguiremos en esa dirección”, adelanta apenas, como para que todos los que vivimos por acá, intuyamos lo que se viene.

Aquí, en la región, presentará “Sonidos de la tierra colorada”

Eduardo Rouillet

eduardorouillet@gmail.com


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