China Zorrilla y la eterna costumbre de contar

La Biblioteca Sarmiento de Bariloche será el lugar de encuentro entre la actriz uruguaya y su público. Después del espectáculo de hoy, actuará en Roca, Cipolletti y San Martín.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Apenas descendió de la casa rodante que la trasladó desde Esquel hasta esta ciudad comenzó su metamorfosis. Del pañuelo en la cabeza y los anteojos negros a la cara descubierta y el peinado impecable. China Zorrilla sólo pidió un momento para retocar el maquillaje y estuvo dispuesta al diálogo a pesar del largo viaje.

Su arribo al hotel fue demorado por una breve parada a la vera de la ruta 258 para apreciar el panorama que ofrecían las cumbres nevadas y el lago Gutiérrez. A propósito de la caja de chocolates que la esperaba en su habitación dijo que tratar de no comerlos sería como perder el miedo a volar. «Mis amigos me dicen: andá al psicólogo que te saca el miedo al avión y les contesto que es lo mismo que si fuera para que me deje de gustar el chocolate».

Para la actriz que cumplió 58 años en la profesión no es extraño hablar del apagón de Nueva York, de Londres en ruinas por los bombardeos, del Festival de Cannes cuando ganó La Dolce Vita, la coronación de la Reina Isabel en Londres o la muerte de Martin Luther King. Todos acontecimientos que la tuvieron como privilegiada testigo. Sin dudarlo afirma que «hasta ahora tuve suerte. Aunque mañana me quede ciega por un accidente, la vida me dio la cuota de suerte suficiente».

De muy buen humor bromeó con el fotógrafo de «Río Negro» a quien dijo que le habían sacado muchas fotos «pero nunca como éstas». Cuando «las expongas, avisame que vengo», acotó.

En Esquel estuvo con amigos y de San Martín de los Andes guarda entrañables recuerdos de cuando filmó «La nave de los locos» durante dos meses. «Ahí traduje `La pulga en la oreja» que dirigí en el Cervantes y `Hermano de sangre»». También estuvo filmando «Guerreros y cautivas» con Federico Luppi en Viedma durante veinte días y «en un lugar no muy atractivo pero adorable: Ingeniero Jacobacci. Después de eso me vine en micro hasta acá, estuve un día sola

De la vasta experiencia en el cine, con 30 películas en su haber, si tuviera que elegir una por «la buena onda , sería `La nave…».

Para recordar el Día del Amigo cambió el reloj de muñeca y dijo que llamaría a su hermana «Gumita», Solita, Graciela, Marta y Tita. «Como me dicen algunos amigos, soy amiga de mucha gente pero en el fondo de nadie. Todavía mis grandes vínculos de afecto en Uruguay».

Otro de los trabajos que le deparó satisfacciones fue «Besos en la frente», que compartió con Leo Sbaraglia. «Cuando ví `Plata quemada»en el cine se me escapó: no te puedo dejar solo ni un minuto, mirá las cosas que hacés». Con la misma obra compartió escenario con Merecedes Morán que encarnaba a la nieta. «Cuando nos encontramos comentamos que ya hiciemos de abuela y nieta y madre e hija, en la próxima somos hermanas. Estamos rejuveneciendo…»

Los afiches promocionales la muestran junto a su perrita Flor. Fue un regalo, igual que Gilda que tenía un severo problema cardíaco.

«Me había ido a Miami, llamé a los cuatro días y me dijeron que estaba internada. Volví, la ví y la llamé pero no tenía la agilidad de siempre. Me tiré en el piso, subió sus patitas en mi hombro. Me besaba y me besaba hasta que se dio vuelta y murió sobre mi pecho».


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