Corralito a la griega: esta película ya la vivimos

Incertidumbre en Grecia en el primer día sin bancos. Si la situación económica ya venía crítica de ahora en más es desconcertante, afirman los analistas. El próximo domingo viven un referendo decisivo para su futuro.

CRISIS

El de hoy es un lunes como cualquier otro en Grecia. El sol resplandece, la temperatura es veraniega y en las calles de Atenas se vive el mismo caos de tráfico que siempre, pero los bancos están cerrados por orden del gobierno.

Para un país con el euro como divisa es toda una conmoción, aun cuando muchos griegos ya hubiesen ido retirando en las últimas semanas los ahorros de sus cuentas para esconderlos en algún lugar de su casa.

Después que el país haya roto las negociaciones con los acreedores, muchos se preguntan qué va a suceder ahora, mientras toman algo en un café o esperan delante de un cajero para sacar efectivo. Que la terminal tenga todavía dinero o no es cuestión de suerte. El ánimo entre los ciudadanos de la capital oscila entre la compresión, el enojo y la incertidumbre.

La medidas que tendrán que asumir los griegos en los próximos tiempos comenzaban a filtrarse hoy poco a poco. De momento, los bancos permanecerán cerrados hasta el próximo 6 de julio. En los cajeros automáticos sólo se puede sacar 60 euros al día y no se pueden realizar transferencias al extranjero. La banca electrónica dentro del país, sin embargo, no se ve afectada.

Las medidas de restricción de circulación de capitales no se aplicarán a los extranjeros con tarjetas de crédito de bancos de otros países, con las que se podrán efectuar transacciones, según se señaló.

El gobierno de Grecia, encabezado por el partido de izquierdas Syriza, ha decretado de momento un “festivo bancario” a partir de hoy y hasta el próximo viernes. La bolsa de valores también permanecerá cerrada esos días. Con esta medida busca asegurar la liquidez del sector bancario después de que los acreedores internacionales rechazaran prorrogar al menos unos días el paquete de ayuda que expira mañana martes.

“La hora cero en Grecia”, comentaban esta mañana los analistas de televisión en el país. Casi nadie en el país tiene claro cómo va seguir la situación. “Los bancos cerrados, las negociaciones abiertas”, titula hoy el diario izquierdista “Efimerida ton Syntakton”.

“¿Cuándo volverán a abrir los bancos?”, se pregunta el diario centista “Ta Nea”. La última palabra sobre el tema la tiene el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis.

En el país la gente se muestra muy dividida ante esta nueva vuelta de tuerca en la crisis. “En los últimos años la situación ya era difícil, pero esto es lo máximo”, dijo Andres, un joven de 33 años que trabaja en Atenas de taxista. “El referéndum se tendría que haber celebrado mucho antes. Pero ahora lo rompe todo”.

En base al resultado del referéndum convocado para el próximo domingo 5 de julio se decidirá si se aceptan las medidas de ahorro propuestas la semana pasada por los acreedores. Entre esas medidas figuran incrementar el IVA y una reforma de las pensiones.

La Comisión Europea publicó los detalles de su propuesta, pero el gobierno griego no lo ha hecho hasta ahora. Tan sólo iban a seguir sofocando la economía en el país, dijo al rechazarlas el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

El líder de izquierdas sabe que hasta el momento ha contado con el apoyo de una gran parte de la población. “El referéndum es precisamente lo que se necesita para poder decir claramente lo que pensamos como nación”, dijo el estudiante de derecho de 24 años Evdokia.

Otros, sin embargo, están confundidos. “El gobierno nos lleva a la confusión y la locura”, estima Chara Draga, una administrativa de 37 años. “Una mujer se ha lanzado esta mañana a las vías del metro. Se me ha caído el mundo encima”, relató.

Agencias


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