Crece la incidencia del embarazo adolescente

Hay mamás desde los 15 años. Preocupan casos de mujeres con deficiente alimentación, adicciones y falta de servicios básicos. Alertan por la escasa educación sexual en los jóvenes.

El 60% de los embarazos que atiende el hospital de Roca no fueron planificados. Revertir ése índice aparece como uno de los principales desafíos del equipo de salud hoy, y esa meta va de la mano de la disminución del embarazo en adolescentes.

El acceso a métodos anticonceptivos en forma gratuita es ley en el país, a pesar de ello el embarazo se presenta cada vez en edades más tempranas. “Entre nuestras pacientes en general el primer embarazo llega a los 15, el segundo a los 19 o 20 años”, indicó el jefe de Tocoginecología del López Lima, Alejandro Gomel, quien atribuye la problemática a la falta de educación en los adolescentes.

“Desde el 2002 está la ley de educación sexual en las escuelas, pero hoy los chicos no saben colocarse un profiláctico. Tienen la materia, hay que saber qué aprenden”, cuestionó Gomel, quien además respaldó su postura con el bajísimo porcentaje de eficacia de las pastillas anticonceptivas. “Hay un 40% de fallas por toma irregular u olvidos”.

La colocación de un dispositivo intrauterino (DIU), inyecciones mensuales o un implante transdérmico son las opciones más favorables para las adolescentes. “Nación sigue mandando anticonceptivos pero los de larga duración son los más caros y que no llegan en las cantidades necesarias”.

En primera persona

En la atención primaria en los centros de salud de los barrios , la problemática de embarazos no planificados aparece. En ese marco, surgen otras demandas, como la de acceso a ligadura de trompas que no siempre queda resuelta (ver recuadro).

Es martes, todavía oscuro afuera. Una sala con música suave de fondo y pompones de papel que cuelgan del techo, reúne a diez mujeres en una mesa. Siete están embarazadas. Una agente sanitario, una trabajadora social y una psicopedagoga conducen el taller de acompañamiento del embarazo. En el centro, un tablero, un dado, un par de fichas y tarjetas. Hay 40 casilleros, tantos como semanas de embarazo. En cada punto, distintos disparadores abren el debate: qué pasa en el cuerpo de la mujer, qué ocurre con el bebé, cuáles son los consejos, qué miedos tienen, comparten lo que les pasó en embarazos anteriores.

“Se genera un momento de confianza, no sólo se aborda desde lo biológico, sino también es un espacio para ir conociéndonos y establecer vínculos de confianza, sobre situaciones que en su casa pueden existir: conflictivas familiares, consumo, dificultades con sus otros hijos… no es sólo controlar cuánto creció la panza, todo lo demás también es parte de nuestro trabajo”, remarcó Patricia Baeza, trabajadora social.

“Acá charlamos sobre el cigarrillo y lo que le produce al bebé, y de alimentación”, comentó Belén, quien con sus manos abrazaba su panza, su hijo iba a nacer ésta semana.

Las mujeres hablaban de la retención de líquidos, de la necesidad de llevar el carnet de control encima, sobre alimentación y la posibilidad de dejar de andar en moto. En otro encuentro aprendieron a hacer la crema de caléndula para utilizar cuando comiencen con la lactancia. El tema de la opción de acceder a la ligadura de trompas y de la utilización de métodos anticonceptivos para el después también surge.

“Se trabaja para el día, lo otro es esperar”, sostuvo Noelia tiene 30 años y en dos semanas llegará a la fecha probable de nacimiento de su sexto hijo, al que llamarán Maximiliano. Tiene hijos de 2, 6, 8, 10 y 12 años. “Quería hacerme la ligadura antes de mis dos últimos embarazos pero mi marido no me dejó”. Viven en la toma del aeropuerto, en una casa de material sin baño ni habitaciones. “Queremos ir ampliando, lo vamos haciendo despacito”. Reciben leña para calefaccionarse. En los talleres de acompañamiento aprendió sobre la importancia de hacer ejercicio y comer sano. “El ejercicio se hace todo los días teniendo tantos hijos. La alimentación se va llevando”.

En la sala también está Elizabet. Transita su séptimo mes de embarazo, tiene 25 años y ya es mamá de mellizos de 8 años. Hace un tiempo decidió sacarse el DIU y buscar a un tercer hijo.

Belén tiene 24 años y caminó desde la toma de el aeropuerto para llegar al taller. Vive su cuarto embarazo con los niveles de glucosa altos. Sus hijos tienen 2,4 y 6 años, decidió colocarse el DIU después del parto.

Falta de recursos (y hábitos)

“Tenemos embarazadas bajo peso pero son las menos. Lo que más vemos es obesidad, porque comen alimentos de mala calidad, no tienen recursos ni hábitos saludables. Hay mucha diabetes gestacional, anemia”, indicó Gomel.

También encienden una alerta el consumo de drogas durante la gestación y/o actancia. “Se ve, no se si aumentó. Hay mucha cocaína. Éste año tuvimos tres adictas embarazadas”, señaló el ginecólogo y destacó que “también aumentó mucho la sífilis. Es alarmante. Tenemos casos de sífilis congénita”.

Para acompañar a la mujer embarazada y abordar éste tipo de situaciones es que se llevan adelante los talleres de acompañamiento en centros de salud de barrios y en el centro.

“Se nos está haciendo difícil poder llegar con mensajes de hábitos saludables en las familias que no cuentan con acceso a los servicios básicos”, sintetizó la trabajadora social. “Últimamente llegan mamás con muchísimas dificultades a nivel económico en algunas casos se ha detectado una baja del peso”.

Para Baeza es necesario reforzar el primer nivel de atención. “Es un problema muy grande el que viven en los asentamientos donde tienen dificultad de acceso hasta al agua segura”, enfatizó. “Lo que antes era un refuerzo de leche, por ejemplo, hoy es la única caja de leche. Algunas de ellas garantizan una comida con un merendero o lo poquito que tiene. Todo condiciona al control de salud”.

En ese sentido, la psicopedagoga Gabriela Di Gregorio prefirió no hablar de casos de embarazadas bajo peso, sino de lo que llamó “indicadores de la crisis” y refirió a que el “crecimiento de los merenderos y de los comedores expresa la demanda de éstos espacios”.

“Desde el 2002 está la ley de educación sexual en las escuelas, pero hoy los chicos no saben colocarse un profiláctico”.

Alejandro Gomel, jefe de Tocoginecología del hospital

“Hay mujeres de 30 años con 8 hijos. Las agentes sanitarios salimos con preservativos en los bolsillos para repartir”.

Cristina Chenquepán, agente sanitario en barrio Nuevo

“Llegan mamás con muchísimas dificultades a nivel económico. En algunos casos se ha detectado una baja del peso”.

Patricia Baeza, trabajadora social

Experiencias de

mujeres embarazadas

Cómo se encuentra hoy el acceso a las ligaduras de trompas

Partos

fotos: emiliana cantera

Es una infección que se contagia a través de las relaciones sexuales sin protección. Hay casos de transmisión a recién nacidos.

Aumentó la sífilis

Talleres en todos los barrios

La instancia propone acompañar, no juzgar. Se dictan en barrio Nuevo, Stefenelli, Villa Obrera, Gómez, Noroeste y también en el centro.

Datos

“Desde el 2002 está la ley de educación sexual en las escuelas, pero hoy los chicos no saben colocarse un profiláctico”.
“Hay mujeres de 30 años con 8 hijos. Las agentes sanitarios salimos con preservativos en los bolsillos para repartir”.
“Llegan mamás con muchísimas dificultades a nivel económico. En algunos casos se ha detectado una baja del peso”.
“Quería hacerme la ligadura antes de mis dos últimos embarazos pero mi marido no me dejó”.
Noelia Zalazar (30), tiene cinco hijos, el sexto está por nacer
“Tengo mellizos de 8 años y ahora va a nacer una nena. A la noche estoy cursando el secundario. Nos calefaccionamos a leña”.
Elizabeth Barrientos (25)
“Me voy a poner el DIU. Tengo la glucosa alta así que me controlo. Vivo en la toma del aeropuerto. Es mi cuarto bebé, tengo tres hijos de 6, 4 y 2”. Belén Maldonado (24)
“Unas 200 mujeres accedieron a la ligadura pero el doble espera por un turno”, aseguró Cristina Chenquepán, agente sanitario en barrio Nuevo. “Hay mujeres de 30 años con 8 hijos, adolescentes de 14 que son mamás. Las agentes sanitarios salimos con preservativos en los bolsillos para repartir”, señaló.
“Hay una relación directa entre la falta de educación y el inicio de la edad reproductiva, llegan mamás con deserción escolar, sólo con primario completo”, apuntó el pediatra que atiende en el centro de salud, Roberto Tomasone.
Para la trabajadora social Patricia Baeza se da una “mezcla entre un deseo de no ser madres, por eso piden la ligadura, y la dificultad en el acceso a la práctica. No estamos pudiendo llegar con algo que reemplace ese tiempo de espera”.
Sin embargo, desde el servicio de Tocoginecología del hospital, Alejandro Gomel señaló “un cuello de botella” en la realización de los prequirúrgicos necesarios para ingresar al quirófano a realizarse la ligadura.
“La lista de espera hoy es de un mes, las regulamos por la cantidad de camas”, aclaró.
El procedimiento se realiza en el posparto inmediato –e las primeras 36 horas– o 30 días después. Para esos casos estamos implementando la colocación del DIU inmediatamente pos parto porque después de 28 días puede haber ovulación”.
1.000
y hasta 1.200 al año atiende el López Lima. “Hubo un año con más auge de anticoncepción, el 2014, que hicimos 890 partos”.

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