“Dos meses de Cambiemos para peor”

Suele decirse que un gobierno que está comenzando debe tomar las medidas que estima convenientes apenas asume, ya que es el momento de mayor credibilidad y cuando la ciudadanía le dará cierto crédito, en base a las expectativas que despierta la nueva gestión elegida por la mayoría. Transcurridos 60 días del gobierno de Macri, las medidas concretas ejecutadas son una clara expresión de la vuelta a la Argentina del liberalismo económico, de la “derecha” o el nombre que se le quiera poner a los sistemas de gobierno que priorizan las leyes del mercado por sobre la regulación estatal, lo que favorece a las minorías de mayor poder económico en perjuicio de las mayorías, pertenecientes a sectores populares y a la clase media. La brutal devaluación del 40% atenta contra los asalariados, los jubilados y los titulares de derecho que perciben ingresos como la asignación universal por hijo; agravado por la suba de precios y el aumento de servicios básicos (de hasta el 500%) por la quita de subsidios. En este contexto, la eliminación de los índices de precios por decreto es una vergüenza más de quienes criticaban al gobierno anterior por el funcionamiento del Indec. Simultáneamente decenas de miles de trabajadores despedidos generan una legión de desocupados que aumenta la demanda laboral, que influirá en los salarios y en las condiciones de trabajo. El desempleo va a crecer aún más con la apertura de las importaciones, porque es sabido que atenta contra la industria nacional y la pequeña y mediana empresa. Todo esto está impactando fuertemente en el comercio en general, ya que la consecuencia directa es que se retrae el consumo, y por lo tanto caen las ventas. A este complejo panorama se le suma la eliminación indiscriminada de las retenciones al agro. Paralelamente se pretende disciplinar a la población con casos emblemáticos, como el despido de Víctor Hugo Morales y el encarcelamiento de Milagro Sala. Cuesta creer en la vara de la Justicia cuando un Niembro cobró millones por supuestos servicios prestados desde una empresa de dudosa existencia sin que el sistema judicial actuara y a esta luchadora jujeña –mujer, india y pobre–, quien puede exhibir la construcción de miles de viviendas, centros comunitarios, escuelas, talleres y hasta natatorios para sectores populares, se la mantenga encerrada por estar acusada de una supuesta defraudación, cuando esos juicios suelen durar años en nuestro país sin que nadie vaya preso. El mensaje del gobierno nacional es muy claro: el que se opone pierde el trabajo y el que protesta puede ir preso. Además de haber paralizado la mayoría de los programas nacionales (Procrear, planes educativos, distintas obras públicas, etc.), los miles de despidos en los distintos estamentos estatales fueron principalmente seleccionados en base a los que tenían militancia política y/o gremial, reflejando la orientación ideológica del estilo macrista. Desde un punto de vista simbólico, todas estas medidas de gobierno recuerdan eslóganes macabros de la última dictadura como “el silencio es salud” , “si te pasa algo malo es porque en algo andarás”, el “no te metás” y “achicar el Estado es agrandar la nación”, por nombrar algunos. Salvando las distancias –porque felizmente logramos consolidar el sistema democrático–, completan estos “parecidos” con aquella nefasta época pasada el festival de decretos de Necesidad y Urgencia aprovechando el cierre del Congreso, derogando hasta leyes votadas por la mayoría como es la de Medios; el nombramiento de jueces sin el aval legislativo y la sumisión al poder económico internacional cediendo ante los fondos buitre y abriendo los canales para tomar la deuda externa nuevamente, empeñando el futuro del país. La era kirchnerista logró subordinar la economía a la política, poniendo al país en los primeros lugares de Latinoamérica en relación a la disminución de la pobreza y la distribución del ingreso, reducción del desempleo y recuperación de la industria nacional. 51 de cada 100 argentinos creyó que Macri era el camino para mejorar y superar al kirchnerismo y muchos hoy se ven sorprendidos en su buena fe ya que no hubo una sola medida en estos 60 días que los beneficiara. Paradójicamente, gran parte de los que votaron a Macri son las víctimas concretas del brutal ajuste y de las consecuencias de la restauración neoliberal que sufre la Argentina. Jorge Luis Vallazza DNI 12.975.453 Río Negro

Jorge Luis Vallazza DNI 12.975.453 Río Negro


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