Economista argentino en Brasil: «no está en la cabeza de nadie hacer una cosa como el Euro»

Ramón García Fernández es un economista argentino radicado en Brasil hace 47 años. Sigue de cerca la relación bilateral y compartió con PULSO su mirada y las sensaciones que al respecto hay del otro lado de la frontera.

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PREGUNTA: ¿Cómo beneficiaría a Brasil el acuerdo de integración con Argentina?
RESPUESTA: A todo el mundo le interesa aumentar su comercio exterior. Tanto a Argentina como a Brasil les permite ganancias de escala y aumentar el empleo, la producción, la especialización. En agricultura, Argentina y Brasil son bastante parecidos en general. Lo que es importante es fomentar el intercambio de bienes industriales, donde sí tienen especialidades, parques y capacidades diferentes. Eso es lo que está fomentando este acuerdo. También hay un componente geopolítico importante, son países que están próximos, que comparten una visión del mundo, que quieren mostrarse unidos frente al resto del mundo. Es importante que los dos mayores países de la región se integren políticamente.

P: ¿Cuán factible ve la instauración de una moneda común?
R: No está en la cabeza de nadie hacer una cosa como el Euro, y sería muy complicado. Lo que se está tratando de hacer es una moneda que sirva como unidad de cuenta para el comercio entre los dos países. Los dólares es casi el mayor problema económico de Argentina. Algo que evite que Argentina tenga que financiar y pagar en dólares, y permita que pague con moneda local creada por los bancos regionales es interesante. Algunos economistas creen que puede ser una salida muy buena, otros son bastante escépticos. Es un proyecto que envuelve discusiones de mediano y largo plazo.

P: Argentina y Brasil están muy polarizados políticamente. ¿Ve difícil incorporar el acuerdo como una política de estado?
R: Sí. Podés entender que un bloque regional es políticamente importante, o bien que es preferible no hacerlo y unirte a otros países. En Argentina los gobiernos peronistas y radicales siempre fueron favorables a la integración. El gobierno de Macri, incluyendo a sus radicales, son contrarios. En Brasil en general, la idea de una mayor integración es mejor aceptada, el problema estuvo cuando la polarización se fue a la extrema derecha, con Bolsonaro queriendo hacer un acuerdo privilegiado con EE.UU. Con gente como Bolsonaro sería muy difícil pensar cualquier política racional. Si la integración no acaba siendo una política de estado, es difícil hacerla porque es de mediano y largo plazo.

P: ¿Cuál es, a su entender, el punto más importante del acuerdo?
R: Lo más importante es una política de crédito donde los bancos públicos asumen el riesgo cambiario. Se dan garantías de los dos lados de líneas de crédito que sacan el riesgo de los agentes privados que participan de la transacción y lo dejan con los bancos. En Brasil va a ser con el Banco de Brasil, que tiene una tradición grande de apoyo a las exportaciones. Creo que Haddad va a incluir en el acuerdo al Banco de Desarrollo (BNDES), que viene de un período complicado y se está restructurando. Cosas más estructurales, como dar financiamiento para que empresas brasileñas hagan parte del gasoducto para traer gas a Brasil, se podría pensar con apoyo del BNDES.

P: ¿Cómo es la balanza energética de Brasil?
R: Brasil tiene exceso de producción de energía eléctrica y le falta gas. Sería una ganancia para los dos países que Brasil pudiera importar gas de Argentina y exportar energía eléctrica para allá . La buena relación bilateral puede permitir que Brasil ayude a construir el gasoducto, cosa que era difícil de pensar si habría continuado el gobierno de Bolsonaro.

P: ¿Cuál es la situación política en Brasil tras la toma de los edificios públicos?
R: Lula está haciendo pie, es normal en un gobierno que tiene menos de 30 días. Como si fuera poco, tuvo ese incidente, por llamarlo así. Creo que la respuesta que tuvo el Gobierno lo acabó fortaleciendo, porque consiguió controlar las cosas sin recurrir a los militares, simplemente con fuerzas civiles y policía. Ahora están detrás de los financiadores de esos eventos, es una cosa que va a ser muy lenta. Las causas hay que hacerlas con cuidado, teniendo pruebas. Es algo que va a marcar la agenda política de Brasil probablemente por el resto del año, si no más. Parecería que Lula consiguió fortalecer su posición, inclusive con el cambio del Comandante en Jefe del Ejército.

P: ¿Cómo está hoy la economía de Brasil?
R: El crecimiento en 2022 fue bajo. Las previsiones para este año es que la economía va a ir peor, pero no veo motivos. Las proyecciones siempre son ideológicas, más cuando tenés un cambio de gobierno con una posición política tan diferente de la anterior. Creo que va a ser un año de crecimiento moderado, como viene siendo. El margen de maniobra que tiene el Gobierno en este primer año es reducido, está trabajando con el presupuesto aprobado el año pasado. Si querés hacer un cambio significativo del papel del Estado, el año de transición es siempre el más difícil. Va a ser un año de impasse, no preveo ningún problema pero tampoco ningún cambio radical.

P: ¿Cómo se ve en Brasil la situación económica en Argentina?
R: Hay algo que espanta a todo el mundo, que es la inflación. Siempre que se habla de Argentina acá es ‘pobres tipos, tienen 90% de inflación, cómo se vive así’. Pero la actitud con Argentina es bastante positiva, los sectores más progresistas, algunos del centro e incluso algunos que no son afines a los dos gobiernos apuestan a la integración y tienen simpatía por Argentina. Saben que es un mercado importante para la producción industrial de Brasil.

PERFIL: Ramón García Fernández.

Ramón García Fernández es argentino, nacido en Capital Federal. Se radicó en Brasil en 1976.

Estudió economía en la Universidade de São Paulo (USP) donde hizo también maestría y doctorado. Sus áreas de especialización son la Metodología Económica y la Economía Institucional.

Fue profesor de Economía de la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (1989-92), de la Universidade Federal do Paraná (en Curitiba) de 1993 a 2003, de la Escola de Economia de São Paulo de la Fundación Getúlio Vargas (2004 a 2010) y desde 2011 es profesor titular de la Universidade Federal do ABC.

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