El año de la resurrección santa
Dos semanas después de salvar la categoría en una promoción con Instituto, el 16 de julio de 2012, un asambleísta de San Lorenzo suspendió a los gritos una reunión de Comisión Directiva para reclamar la renuncia de toda la dirigencia encabezada por Carlos Abdo. El ex presidente, encerrado, dimitió a los 7 días. Entonces, el club quedó sin conducción, con sus empleados en huelga, con una pretemporada suspendida por Ricardo Caruso Lombardi ante la falta de profesionales y con un promedio en rojo. Matías Lammens, joven empresario respaldado por Marcelo Tinelli, se hizo cargo de la presidencia interina el 1 de agosto y un mes después ganó las elecciones. Entonces, pagaron los sueldos, atacaron la deuda, el déficit operativo mensual y rearmaron el plantel sumando a Stracqualursi, Franco Jara, Mercier, Piatti, Luis Aguiar y Alan Ruiz, entre otros. La historia empezó mal en lo deportivo, Lammens-Tinelli decidieron el traumático despido de Caruso y llegó Pizzi, la antítesis del polémico DT saliente. Juan Antonio impuso rápidamente un estilo de conducción. Cultor de un discurso medido, distante en el trato con los jugadores, mostró personalidad desde el inicio de su ciclo para separar con intransigencia al uruguayo Luis Aguiar, que desafió las nuevas pautas de convivencia. El 2012 terminó bien y si bien la causa Migliore golpeó duro, que el nuevo Papa sea Santo de alma puso al club en la escena mundial. Los pibes Ángel Correa, Héctor Villalba y Gonzalo Verón marcaron el nuevo camino. Concientes de ese potencial, la dirigencia y Pizzi armaron un plantel con refuerzos de proyección y buena actualidad en el fútbol argentino para la nueva temporada que proponía el desafío de jugar el torneo Inicial, la Copa Argentina y la Copa Sudamericana. Se lesionaron Verón y Cauteruccio, perdió la final de la Copa Argentina ante Arsenal, pero montado en la jerarquía de Nacho Piatti, la habilidad de Correa y el pulso de Mercier acumuló suficientes méritos para abrazar la duodécima estrella en la era profesional, acaso totalmente impensada hace un año atrás
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