El escurridizo
-¡Eduardito, estábamos pensando en vos! ¿Cuál es el fracaso que más te ha impresionado en materia de pactos? -me preguntó el gordo Boedo cuando entré al quincho.
-El de Kafka…
-¿Dónde milita?…
-No, gordo: Frank Kafka… el escritor… Le rogó al primer editor de «La metamorfosis» que le sacara la cucaracha o escarabajo que había dibujado en la tapa. Kafka quiso negociar, pero el tipo no le dio bola…
-Y… la vida es desengaño, mentiras, contradicciones… ¡Miren lo que me pasó a mí con Alberto Castillo! -dijo el gordo.
-¿Qué te pasó?
-Y… cuando era pibe militaba en un grupo que creía que la revolución estaba a la vuelta de la esquina. Un día me agarró un barbudo y me dijo «agarrá la cuadrilla y pintate los cien barrios porteños»… y yo -trosko planificado- planifiqué todo… kilos y kilos de engrudo… docenas de brochas… Y un mapa de la Capital Federal para pintar prolijito…
-¿Y?
-¡Y…! Cuando miré el mapa me di cuenta de que los famosos «cien barrios porteños» no son cien sino 47…
-¿Y?…
-Y me sobró engrudo hasta por las orejas… y me tuve que poner las brochas en…
-¡Pará gordo, pará ahí! -reflexioné.
-La cuestión es que el troskaje me hizo un juicio popular por «malgastar los recursos de los proletas» y me echaron -señaló el gordo.
-¡Troskos inteligentes: nunca superan la media docena y te rajan… -reflexioné.
-Volvamos a los pactos… ¿Qué podría pedirle el PJ rionegrino al gobierno ahora que se abre el diálogo político en la provincia…?
-¡Que los radicales les mostremos el sillón oficial del gobernador!… ¡La última vez que lo vieron fue el 24 de marzo, cuando los militares se lo birlaron! -comentó «Parroquia»…
-Dicen que desde los días de aquel último gobierno peronista, en una de las caras internas de una de las patas, el sillón tiene estampado un mensaje de amor -señalé…
-¿Qué dice?
-«Te quiero con frenesí»…
-¿Quién lo estampó?…
-El PJ rionegrino…
-¡Joder, todo muy platónico! ¡Como el amor del «Mono» Gatica hacia Eva…! ¡Siempre el general en el medio…!
-¿Y quién se interpone entre el PJ y el sillón…?
-¡Los radicales, gordo gil de lechería: los radicales…!
-¡Maldito sillón! -dijo Ludovico, y nos fuimos a tomar un borgoña de Cousiño Macul.
Eduardo Gilimón
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