El Papa apoyó el rol de ONU en derechos humanos

Dijo que la comunidad internacional debe intervenir si los Estados no los respetan. Tras hablar ante el organismo, visitó una sinagoga y presidió una misa ecuménica.

NUEVA YORK (AFP/DPA) – El papa Benedicto XVI abogó ayer en la ONU a favor de soluciones colectivas a los problemas del mundo y pidió a la comunidad internacional intervenir en las crisis humanitarias o cuando los Estados fallan en respetar los derechos humanos.

La visita a la ONU fue un momento importante de la estadía de Benedicto XVI en Estados Unidos . En un discurso ante la Asamblea general de la ONU, el papa insistió en la «universalidad, la indivisibilidad y la interdependencia» de los derechos humanos, cuya Declaración Universal cumplirá 60 años el 8 de diciembre.

Ante una sala repleta que lo aplaudió de pie, Benedicto XVI insistió en la necesidad de soluciones multilaterales para los problemas del mundo sin dejar que las decisiones reposen exclusivamente en los países ricos y poderosos. «Experimentamos la manifiesta paradoja de un consenso multilateral que sigue padeciendo una crisis a causa de su subordinación a las decisiones de unos pocos», dijo el sumo pontífice. «Las cuestiones de seguridad, los objetivos de desarrollo, las reducciones de las desigualdades locales y globales, la protección del entorno, de los recursos y del clima, requieren que todos los responsables internacionales actúen conjuntamente», agregó.

Muchos países en desarrollo reclaman a la ONU entre otras medidas una reforma del Consejo de seguridad, donde cinco países (Estados Unidos, China, Rusia, Gran Bretaña y Francia) monopolizan el derecho de veto.

Benedicto XVI, de 81 años, reafirmó la «responsabilidad de proteger» a las poblaciones cuando los Estados no lo hacen.

«Todo Estado tiene el deber primario de proteger a la propia población de violaciones graves y continuas de los derechos humanos, como también de las consecuencias de las crisis humanitarias», dijo el sumo pontífice. «Si los Estados no son capaces de garantizar esta protección, la comunidad internacional ha de intervenir con los medios jurídicos previstos por la Carta de las Naciones Unidas y por otros instrumentos internacionales», agregó.

El Papa concluyó su primera jornada en Nueva York con una misa en la que participaron unos 250 líderes protestantes y ortodoxos, además de una serie de organizaciones católicas ecuménicas. «La aportación ofrecida al movimiento ecuménico por los cristianos de Estados Unidos es notoria en todo el mundo», afirmó el Sumo Pontífice en la Iglesia de San José, fundada por colonos alemanes.

El Papa señaló que la globalización ha colocado a la humanidad entre dos extremos. Por una parte, el sentido creciente de interdependencia entre los pueblos que ofrece la posibilidad de mejorar el sentido de solidaridad global y por otra los signos desagradables de fragmentación. «Es fuente de grave preocupación la difusión de la ideología secularista», subrayó el líder de la Iglesia Católica . Antes de trasladarse a la Iglesia de San José, Benedicto XVI visitó por segunda


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