El yerno dijo que Freydoz estaba “desorbitada”

Conocía a la familia desde hacía cuatro años.

Mariano Valentín fue la segunda persona que intervino después de que se efectuó el disparo que terminó con la vida de Carlos Soria. Es el novio de María Emilia, la única hija mujer del matrimonio Soria-Freydoz. Ella entró a la habitación y lo llamó a los gritos. Él asistió al exgobernador, le tomó el pulso y lo recostó para que no se ahogara con la sangre que le corría desde el pómulo izquierdo. Tuvo que contener a Susana Freydoz y sobre ella declaró ayer que estaba “desorbitada y perdida”.

El novio de María Emilia Soria fue el único testigo del entorno familiar que ayer declaró en presencia del público y de la prensa. No lo hizo delante de Freydoz porque en ese momento ella ya había conseguido la autorización para retirarse de la sala.

Valentín conoce a la familia Soria desde hace cuatro años y dijo que mantenía una buena relación con el exgobernador y con su esposa, hoy imputada.

Contó que el último día del 2011 había transcurrido con normalidad, pese a que Susana no tenía buena cara y estaba cómo “descontenta”. Ese día estuvieron casi toda la tarde en la chacra de Paso Córdoba e incluso Valentín acompañó a Soria a ver unos caballos y minutos antes de la tragedia charló por última vez con él en el patio de la casa. “Quería darle de comer a los perros y se fijó que la puerta de la camioneta estuviera bien cerrada”, recordó.

Sobre Susana dijo que ella había estado levantando las cosas de la cocina junto a María Emilia y que cuando Carlos Soria decidió irse a dormir, la mujer salió presurosa para el dormitorio, algo que no hacía habitualmente. “En otras reuniones nos quedábamos charlando Susana, María y yo, pero esa actitud me llamó la atención”, contó.

Minutos después escuchó que el matrimonio discutía y él optó por irse a dormir a la habitación que le habían asignado.

Entredormido advirtió que María Emilia se acercó y cerró bien la puerta de su cuarto. No pudo precisar la cantidad de tiempo que transcurrió desde ese momento pero mencionó que se despertó con los gritos de su novia.

Enseguida se vistió y cuando llegó a la habitación del matrimonio lo vio al exgobernador acostado a un lado de la cama con un tiro en el pómulo izquierdo.

El arma de fuego también estaba sobre el colchón a la altura de la cintura de la víctima. “Susana estaba desorbitada, venía hacía él (por Soria) o hacía el arma. Entonces le pedí a Emilia que la sacara. Mi miedo era que agarre el arma, entonces la tomé yo y la dejé en la mesa de luz”, relató. En ese momento, María Emilia activó la alarma de la casa para alertar a los policías que estaban custodiando la entrada de la chacra. Valentín le tomó el pulso a Soria y salió a los gritos pidiendo una ambulancia. Volvió a entrar a la habitación y escuchó que el exgobernador se ahogaba, entonces lo levantó y le limpió la sangre de la boca con una toalla. Después llamó a Martín Soria.

Mientras, María Emilia permanecía con la madre sentada en una silla del comedor. “Susana me insultaba y me pegaba con el puño cerrado y yo le pedía que no la complique más”, relató.

“La miraba y no la reconocía, estaba desorbitada, perdida”, insistió el testigo. Cómo no pudo abrir la ventana de la habitación, abrió un postigón y desde allí cargaron al exgobernador en la ambulancia.

Sobre la tarde previa, Valentín contó que “notaba algo raro”. Dijo que el matrimonio había discutido porque Carlos estaba colocando un llavero de herradura y a Susana no le gustaba. Después de la medianoche, el testigo escuchó que la imputada se quejaba con María Emilia porque el exgobernador no había brindado con ella. ¿A vos te parece que no brindó conmigo?, le habría dicho Susana a su hija.

Valentín también aportó algunos detalles sobre la relación matrimonial. “Notaba que en el último tiempo se peleaban más, me llamaba la atención cómo ella le quería revisar el celular”, aseguró. También dijo que en la noche del 31 de diciembre Susana le recriminó que no había apagado el teléfono. Consultado por el Tribunal sobre el consumo de alcohol, el testigo dijo que no le pareció que Susana estuviera alcoholizada, aunque él mismo le había servido vino blanco y cree haberla visto brindar con champagne. Antes de la cena también habían preparado Daikiri y supone que la imputada se sirvió un poco de ese trago.

Juan José Thomes

juicio por el asesinato de soria


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