En el año de la pandemia, las altas y las bajas en el Estado rionegrino

Las previsiones se modificaron, con subas de hasta un 99% en gastos sanitarios y obligadas inversiones informáticas. Las caídas se vinculan a las actividades inmovilizadas por el aislamiento.

La irrupción de la pandemia en el 2020 perturbó al mundo. Las previsiones y prioridades se modificaron. Y Río Negro no fue la excepción y su Estado estableció sus primacías. Obviamente, Salud concentró recursos que perdieron o resignaron otras áreas públicas. El gobierno rionegrino estima el costo de la pandemia en el 2020 en algo más de 4.450 millones para el Estado por las erogaciones extraordinarias, como también por el costo fiscal de las medidas adoptadas en ayuda para los distintos sectores. Existió un impacto adicional por la baja de los recursos propios y nacionales. Economía estima ese derrumbe en 12.000 millones de pesos.

Vale recordar que la Provincia ingresó a la dimensión del covid-19 ya con una manifiesta estrechez por el déficit financiero en sus arcas públicas, y con una obligación importante por cumplir: vencimientos en dólares de cuotas del Plan Castello. En el contexto posterior, Río Negro no pagaría y lograría un nuevo contrato con mayores plazos.

Con la instalación del virus y la impuesta cuarentena, el gobierno ordenó compras hospitalarias y, rápidamente, congeló otras ejecuciones programadas.

El gasto sanitario significó 1.100 millones. En la primera parte, Salud desembolsó 195 millones en respiradores y equipos para los hospitales.
Ese ministerio incorporó 750 agentes –un 10% de su planta– por vacantes, generadas especialmente por las excepciones laborales fijadas en la pandemia.

Con una disminución de más de 12.000 millones de pesos en los ingresos, la única alternativa era un chequeo y revisión de cada concepto del gasto público”.

Luis Vaisberg, ministro de Economía.

Las partidas vinculadas a Salud tuvieron alzas de un 99% en la compra de equipos y de un 79% en las contrataciones de servicios médicos. El Ipross concentró parte del requerimiento.

También la necesidad de mejorar y ampliar la conectividad –entre otras razones por el forzado teletrabajo– obligó a inversiones en servicios, sistemas y equipos, con alzas del 53% al 79%.

A pesar de la alteración estatal, la partida Personal concluyó el año bastante estable, con una evolución interanual del 35%. En todo caso, frente a una inflación del 36%, esos sueldos tuvieron una depreciación baja.

Esa incidencia salarial del 35% sirve de referencia de las erogaciones. Así, aquellos presupuestos monopolizados en Personal –como la Justicia, Legislatura y órganos de control– superan o rondan ese aumento anual, a pesar de subejecuciones de otras partidas por su inactividad presencial en gran parte del 2020.

Aún esa evolución salarial general, hay organismos con altas bajas en otras partidas que concluyen con erogaciones menores que en 2019 por sus retracciones, como Obras Públicas (- 6), Turismo (- 8), IPPV (- 18) y Secretaría General (- 27).

Con un análisis más desagregado (sin Personal), la Provincia confirma disminuciones de hasta un 51,5% en la Secretaria General y un 23,7% en Turismo, Cultura y Deportes. Esos declives son nominales y es mayor si se pondera la incidencia de la inflación.

La Secretaría General –que es el área de directa asistencia a la gobernadora– se obligó a la limitación de actos y recorridas. En esa línea, los desembolsos por ceremonial cayeron en un 81%.

Por su parte, la cartera de Turismo no pudo cumplir con su programa deportivo ni cultural.

La Provincia no alude a la reducción de las construcciones –que se refleja en el IPPV y en Obras Públicas– pero las ejecuciones sí expresan caídas, que se explican en parte por las restricciones y, también, por el descenso de la ejecución del Plan Castello por conclusión de sus obras.

El aislamiento derivó en una merma en los pagos por “transporte” –como el escolar–, como también en “viáticos” y “pasajes”.

Frente a las limitaciones virtuales, la imposibilidad de reuniones determinó el derrumbe de los servicios de capacitación. Estas contrataciones bajaron en un 90%. El IPAP utilizó menos fondos el año pasado que en 2019.

La suspensión de las reuniones por parte del Estado se refleja en “ceremonial”, con una disminución del 81% de sus erogaciones en relación al 2019.


La asistencia de Nación en el 2020 llegó a los 6.600 millones


La Nación asistió a las provincias y transfirió a Río Negro algo más de 6.600 millones, entre los aportes no reintegrables y los préstamos. En los débitos, el gobierno rionegrino consigna una pérdida de los ingresos en el 2020 por encima de los 12.000 millones de pesos.

Por esa caída de recursos , la administración de Alberto Fernández instrumentó ayudas financieras, que en Río Negro totalizaron 5.500 millones en créditos a tres años, en dos acuerdos: 2.900 millones a mediados de año y 2.600 millones entre noviembre y diciembre.

La otra asistencia, de algo más de 1.100 millones, fueron por ATN.
Esos fondos nacionales fueron coparticipados a los municipios y las comisiones de fomento, a partir de la negociación entre el oficialismo y la oposición para el aval legislativo del préstamo.

La asignación a los municipios fue del 10%, en las mismas condiciones que Nación otorgó esas transferencias al Estado provincial.

La retracción de la economía por la cuarentena fue el motivo central de la fuerte caída de los recursos propios y de aquellos correspondiente al reparto federal. En los tributos rionegrinos, la merma significó incluso meses –como mayo– con recaudación inferior al 2019, aún el empuje de los valores por la inflación.

Erogaciones sanitarias

195
millones fue la inicial compra de equipamientos –como respiradores y camas UTI– realizada por Salud.
750
agentes se sumaron para los hospitales, a partir de un 20% de excepciones del personal.

1.100
millones es la estimación de la Provincia de las erogaciones sanitarias extraordinarias por la pandemia efectuadas en el 2020.

La Provincia estima un costo adicional de 4.450 millones


Una estimación gubernamental indica que la pandemia tuvo un costo adicional del Estado rionegrino superior a los 4.450 millones de pesos.

Las exigencias extraordinarias exigieron prioridades, que se refleja con jurisdicciones con asignaciones no usadas.

Se alude a las partidas para “bienes de consumo” (partida 200 y corresponde a productos), “servicios no personales” (partida 300 e incluye servicios públicos, y contratos), “bienes de uso” (partida 400 y alcanza a construcciones o equipos) y “transferencias” (partida 500 y significa aportes). Destaca al Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte con una baja del 23,7%, llegando a casi el 42% si se considera lo efectivamente lo ordenado a pagar. La Secretaría General evidenció una caída del 51,5%.

En contrapartida, esas asignaciones fueron canalizadas a otros organismos.
Salud Pública registró un crecimiento de un 99%; el Ministerio de Desarrollo Humano y Articulación Solidaria subió en un 46,7%, su par de Gobierno incrementó un 43,1% mientras la cartera de Seguridad ascendió en un 39,4%.

Salud concentró recursos extraordinarios, con partidas incrementadas hasta en un 99%. Foto: Juan Thomes.

En la evaluación gubernamental, la pandemia tuvo un costo en el 2020 para el Estado provincial de más de 4.450 millones, aludiendo a unos 1.100 millones por gastos sanitarios; unos 400 millones en Desarrollo Social y 200 millones para refuerzos en Seguridad.

También se incluye 874 millones por “líneas de apoyo y financiamiento”, contemplando 250 millones del Crear, 474 millones a los municipios y 150 millones de aportes a los comercios.

En el cálculo oficial se incorpora el perjuicio por medidas fiscales adoptadas, que se estima en 1.899 millones. Se consignan prorrateos y prorrogas de Inmobiliarios y Automotor (cerca de 150 millones), reducción de Ingresos Brutos en monotributistas (casi 89 millones) y eliminación de ese impuesto en reducción de Ingresos Brutos a monotributistas (88 millones), eliminación de ese impuesto al sector turístico (75 millones), entre otras medidas cuantificadas.


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