Enel saca a la venta El Chocón: «¿qué van a vender si no son dueños?»
La empresa italiana anunció que se desprenderá de sus activos en Argentina.
El representante neuquino ante la AIC, Elías Sapag (h).
La italiana Enel sorprendió ayer a todo el mundo al anunciar que se desprenderá de sus activos en Argentina (y Perú) sólo unos días después de que su gerente general de Generación, Daniel Garrido, le dijera a RÍO NEGRO que la empresa quería prorrogar la concesión de Hidroeléctrica El Chocón. Cuando le preguntaron sobre el asunto al representante neuquino en la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), Elías Sapag (h), disparó: «¿qué van a vender si no son dueños?»
Efectivamente, la empresa tiene la concesión de la presa, con un contrato que vence en 2023 y que, de acuerdo con sus cláusulas, puede prorrogarse sólo un año. Neuquén pretende conformar con la provincia de Río Negro y con la Nación una empresa que opere las hidroeléctricas cuyas concesiones van cayendo.
Cómo llegaron los italianos
Enel heredó El Chocón de la compra de Endesa, una española que a su vez se había quedado con la homónima chilena.
El grupo italiano tiene en nuestro país como principal activo Edesur, una de las dos grandes distribuidoras de electricidad del área metropolitana de Buenos Aires, ahora llamada AMBA.
«Es una concesión que vence en tres meses, cinco, diez meses», dijo Sapag a una radio de la ciudad de Neuquén, AMCumbre. Razonó que podría vender el contrato de concesión (como hizo Endesa con Enel), pero tiene plazos de caducidad tan cerca que nadie querría hacer una operación así.
«Vamos a contactar a la secretaría de Energía de la Nación porque queremos ser parte de la operación de las presas del Comahue», reiteró. Dio un dato nuevo, de todos modos: que esa sociedad anónima a crear pretenderá un contrato de venta de energía que garantice los costos del mantenimiento, el pago de los seguros y las eventuales reparaciones de obras hidráulicas que tienen entre 30 y 50 años de vida.
Además, pretende una rentabilidad determinada que le permita diseñar y construir nuevas presas, como las que se precisan en el río Neuquén para contener una crecida extraordinaria posible.
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