Esperanzas

NEUQUÉN

Redacción

Por Redacción

HÉCTOR MAURIÑO vasco@rionegro.com.ar

Tengo firme expectativa de que el MPN recupere la ciudad y la vuelva a gobernar”. Más allá del consabido discurso de campaña, las palabras de Sapag dan cuenta de una esperanza real que ha comenzado a instalarse en el humor oficial: es posible aprovechar las diferencias entre los sectores de la oposición para recuperar, después de 11 años de gobiernos opositores, la ciudad donde habita la mitad del electorado de la provincia. “Sería muy bueno para el MPN y también para el propio gobernador, que tendría a alguien que no lo cascotee desde la capital”, razonó un operador de Sapag. Optimista, el hombre elaboró el siguiente análisis: “En el 2007, Farizano ganó por 1.000 votos porque estaban todos unidos. Ahora que Quiroga va por su lado y no los acompañan Libres del Sur ni el PRO, se va a producir una brecha interesante para el MPN”. Recordó que en la capital de la provincia el MPN tiene un piso histórico del orden del 28 al 30% de los sufragios y dio por hecho que si el candidato o candidata es potable lo superará ampliamente. El hombre del gobernador eludió precisar quién es el candidato de Sapag. Admitió que la figura más conocida es Brillo y si bien reconoció que el diputado nacional merece objeciones en el oficialismo aclaró que en la nómina de aspirantes “no hay vetados”. Por lo demás recordó que tanto Laffitte como Zulma Reina, Lorenzo, Villacorta y Silva trabajan a destajo para instalarse en el imaginario del electorado de cara a las internas que, se supo finalmente esta semana, se desarrollarán el próximo 28 de agosto. En ese tren, reveló que el gobierno realizará una encuesta entre el martes y el miércoles próximos en la que se evaluarán todos los escenarios posibles, de forma tal que le permitirá al oficialismo hacerse una composición definitiva de lugar. Negó que se puedan evitar las internas, pero adelantó que “una vez que veamos quién tiene más posibilidades habrá que reducir la cantidad de precandidatos para que no dejar multitud de heridos y poder ganar”. Quien mantiene un optimismo a toda prueba sobre sus posibilidades de ganar es Quiroga. El ex intendente tiene decidido candidatearse por Nuevo Compromiso Neuquino, el partido que inventó para este tipo de coyunturas, y está convencido de que tendrá más fortuna que su antiguo socio Martín Farizano para captar el voto de la oposición. “Pechi” hace un balance negativo de la actual gestión municipal: “Hasta hace un año fue buena, pero después Martín se dedicó a la política. Vive reflexionando pero no tapa los baches ni corta el pasto, y cada vez hay más baches y el pasto está más alto”, lanzó con sobrada causticidad. La puja entre los dos dirigentes radicales afloró en la superficie esta semana con la áspera disputa entre el diputado quiroguista Contardi y el intendente. El legislador le enrostró una supuesta deuda de 131 millones de pesos que le dejará el municipio a la próxima gestión. “Si dejamos alguna, es el remanente que quedó cuando asumimos”, disparó el jefe comunal. Para Pechi no hay peligro de que la elección se convierta en una puja de tercios entre él, el MPN y cualquiera de los tres referentes de la coalición municipal: Farizano, Mansilla o el peronista Martínez. “Habrá polarización, por un lado el MPN y por el otro yo”, se agranda haciendo futurología. Cerca de Quiroga están persuadidos de que Sapag no dejará que Brillo, un hombre que no se le subordina del todo, trepe al segundo lugar más expectable de la provincia. Aseguran que la candidata del gobernador es Zulma Reina y que si la fortuna favoreciera a Brillo en la interna, el gobierno no lo apoyará de manera contundente. Y se frotan las manos. En el cuartel general del Farizanismo las cosas se ven de otra manera. Aseguran que el ex intendente “ya fue. Es una figura del pasado como Sobisch”. Pregonan que “hay que saber retirarse a tiempo” y descartan que el intento de “Pechi” de “volver por la ventana terminará en el más rotundo de los fracasos”. Admiten que Quiroga tiene un piso alto –“27 ó 30%, dicen– pero descartan que sea capaz de aglutinar al conjunto –una virtud que sólo le reconocen a su jefe– y por dan por descontado de que la coalición se une detrás de su jefe o el MPN recupera la ciudad. Cuando se les señala que la oposición no termina de encolumnarse detrás del intendente, destacan que “todavía hay tiempo de sobra” y que tanto Une como el PJ terminarán convenciéndose de que “van unidos o pierden todos”. Es la forma de lograr el acuerdo lo que parece estar en discusión. A diferencia de lo que plantea Mansilla, quien se mantiene coherente en su disposición para participar de una interna con cualquiera, Farizano no parece muy dispuesto a someterse a esa prueba. Al PJ, en tanto, no le interesa demasiado la interna con Farizano y mucho menos con Mansilla. En ese contexto, Farizano acaricia la idea de lograr un acuerdo por consenso. A su lado, inclusive, admiten que en la actual gestión no hubo suficiente participación de los demás partidos de la coalición y advierten que si esta vez se ponen de acuerdo el jefe comunal está dispuesto a ampliarla drásticamente. Por lo pronto, Farizano ha mandado a hacer su propia encuesta con la esperanza de que el resultado lo reafirme como cabeza excluyente de la coalición. “En 10 días se sabrá si es posible el acuerdo o no”, destacó un colaborador del intendente.


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