¡Guau!

La causa de los pichichos enaltece a sus defensores, pero no guarda proporción con preocupaciones más graves.

Redacción

Por Redacción

Héctor mauriño vasco@rionegro.com.ar

La necesidad humana de deberse a una causa y esa revolución que son internet y las ‘redes sociales’ de la web, capaces de concentrar en un instante audiencias numerosas en todo el planeta, han transformado un tema si se quiere menor como el de los perros en una cuestión crucial para la conciencia de los neuquinos. Y no es que la causa de los pichichos no sea suficientemente simpática o no enaltezca la humanidad de quienes se interesan por los animales, sino que semejante desvelo no guarda proporción con otras preocupaciones más graves que agobian al común de los mortales. En la meseta, además de perros cimarrones que transmiten enfermedades graves y chanchos gordos de dudoso linaje, hay mucha basura en la que desde hace muchos años escarban en procura de sustento chicos y adultos dignos de una vida mejor. ¿Quién se hará cargo si muere alguien de leptospirosis? Después de todo, ¿cuántos municipios del país son no eutanásicos? ¿Y cuántos de ellos se lo pueden en verdad permitir, dado el cúmulo de problemas graves aún no resueltos? Hace poco murió un joven en Centenario, atacado por una jauría con dueño que andaba suelta por la calle, y en ésta y en otras ciudades son un lugar común los casos de vecinos atacados por canes con dueño que se mueven libremente, contrariando todas las normas establecidas. Es que, a despecho del amor que muchos profesan por el mejor amigo del hombre (y la mujer, claro), no son pocos los que en lugar de hacerse cargo de lo que ello implica los dejan sueltos, y los condenan a comer basura, ciegos a todos los males que esto acarrea para el prójimo. Es cierto que para los funcionarios el tema perruno –como otros– es una papa caliente, porque velar estrictamente por el cumplimiento de las normas a que están sujetos puede hacerlos merecedores del escrache de las asociaciones defensoras de los canes, con los costos políticos que ello implicaría. Será acaso por esto que salir sin más en defensa de los chuchos, sin preocuparse por las consecuencias, puede parecer muy redituable. Que lo diga si no el jefe de Gabinete Aníbal Fernández. Pero menos redituable aunque más sensato sería el surgimiento de una verdadera responsabilidad social acerca del tema. Después de todo, los políticos no nacen de un repollo. Este cronista que se precia de tener no uno sino varios amigos perros, y no mantiene a pesar de eso animosidad oculta contra ellos, no puede sino interrogarse sobre el particular. Para dejar esa gran pasión que son los perros en procura de otra que es la política, podría decirse que a una semana de las internas que definirán quién se queda con el MPN todavía no es posible saber con mediana precisión cuál de las listas que compiten –Blanca, Celeste, Violeta y Naranja– logrará imponerse. Pero, en todo caso, sí se pueden esbozar algunas tendencias que provienen de las evaluaciones de los protagonistas. En la Celeste de Brillo, por caso, reina un creciente optimismo por la posibilidad de que su candidato se beneficie de la coincidencia entre dos factores de peso: la ausencia de un candidato sapagista a la Junta de Gobierno y la alegada imagen negativa de Jorge Sobisch, el postulante de la Blanca. En este sector aseguran que, a pesar de lo avanzado del proceso electoral, todavía hay un alto porcentaje de indecisos. “Depende de cuánta gente vaya a votar; si la proporción es alta José puede ganar”, se entusiasman los brillistas. La gente de ese sector cree posible que afiliados de la lista Naranja, o sea del “jinete sin cabeza”, opten por Brillo al momento de elegir el candidato a la Junta de Gobierno. Esto, como forma de impedir un probable retorno de Sobisch. Es lo que los brillistas denominan, remedando a Borges y no sin exagerar, “la unión por el espanto”. Entre los ‘blancos’, en cambio, se hacen los rulos con la eventualidad cierta de que su jefe, beneficiado por el raro mutis sapagista, se alce con el santo y la limosna. Saben que la provincia tiene muchos municipios y parajes en los cuales los seguidores de Brillo no alcanzaron a organizarse y piensan sacar provecho de esa suerte de cuentagotas que al cabo suma. Los naranjas, a su turno, apuestan a la representatividad de los intendentes en sus localidades y descuentan que sus hombres Pieroni y Seguel alcanzarán la presidencia de la Convención y de la Seccional Primera, respectivamente. Creen que está difícil para que Brillo le gane a Sobisch la presidencia del partido, pero descuentan que el diputado nacional alcanzará un porcentaje interesante de votos que le permitirán convertirse en un contrapeso para las ambiciones sobischistas. Apuestan a una alianza futura con ese sector que les permita poner un cerrojo al retorno del ex gobernador. Cuando se les pregunta si al retirar la lista Azul no han alimentado la posibilidad de que Brillo se convierta en competidor de Sapag, admiten que esto puede ocurrir pero apuestan a que será “la gestión” la que le permitirá imponerse a su jefe. Ante la posibilidad de que Sobisch, una vez dueño del partido, cierre la interna para candidatos a gobernador, limitando de un saque las aspiraciones de Sapag (todos admiten que éste “mide más afuera que adentro” y viceversa), en el oficialismo desestiman la posibilidad de apelar a la engorrosa ley de lemas, como sugerían algunos trascendidos días atrás. En cambio, destacan la posibilidad de cerrar el paso a esa jugada adhiriendo a la ley electoral nacional, que propugna las internas abiertas y simultáneas en todos lo partidos. En la candidatura a gobernador “Sapag les gana a los dos: a Brillo y a Sobisch”, se agrandan los del oficialismo. Aseguran que tanto uno como otro competidor han venido “leyendo el diario de Yrigoyen”, pensando que al gobierno “le iba mal cuando en realidad le iba bien”. Se jactan de que a su jefe lo tiene sin cuidado el partido, que por eso nunca lo tuvo y llegó al gobierno igual. Y en ese tren de cosas advierten que Sapag privilegiará la gestión. Y enumeran los logros que el actual gobernador piensa alcanzar el próximo año: “vivienda, precio del gas, Chihuido, desendeudamiento”. Como quiera que sea, los siete días que distan del domingo 15 prometen ser intensos.


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