La defensa de Argentina al violento Jones Huala: Estado cómplice

Ya no quedan dudas del carácter ideológico de las decisiones del gobierno nacional que apañan a los violentos y desguarnecen a los ciudadanos y sus derechos.

Facundo Jones Huala deberá permanecer en prisión, en Chile.

Nos preguntábamos si había un Estado inoperante o directamente cómplice, hace un año, en ocasión de la usurpación “mapuche” a El Foyel y el ataque con piedras y boleadoras a la gobernadora Arabela Carreras.
A estas alturas, ya no quedan dudas. El reciente gesto de defensa del gobierno argentino -vía su embajador Rafael Bielsa– al violento líder de la RAM Facundo Jones Huala en su pedido de que se le otorgue la libertad condicional en el caso del incendio a una vivienda en Chile, por el cual fue condenado, da una evidencia concreta.
La administración Fernández venía dejando pistas:
• cuando el vicepresidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), Luis Pilquiman, usaba un vehículo oficial para trasladar gente e insumos a la toma de Villa Mascardi;
• cuando la titular del organismo, Magdalena Odarda, pidió a una jueza que suspenda el desalojo y restitución judicial de un lote ocupado.
• cuando obligó a Parques Nacionales a que desista de impulsar el cierre de la investigación y elevación a juicio de la usurpación del lof Lafken Winkul Mapu, del que fue víctima directa y denunciante.
• cuando el ministro de Ambiente Juan Cabandié hizo la absurda propuesta de que los beligerantes usurpadores de Mascardi compartan la administración, manejo y control de las tierras; un co-manejo solo posible con comunidades que se avienen a derecho.
• cuando el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, se desentendió del pedido desesperado que hizo la gobernadora Carreras para que Nación asista a la provincia con fuerzas federales tras los ataques incendiarios de El Bolsón y Vialidad en Bariloche, dejándola a la intemperie.
Determinadas por un sesgo ideológico inocultable, las determinaciones del gobierno frente a esta escalada, que apañan a los violentos y desguarnecen a los ciudadanos y sus derechos, hablan por sí solas.


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