Lágrimas y una sola duda al contestar

Pocas veces levantó la mirada. Una campera gris fue la única que prenda elegida para romper el negro en su vestuario. Sentada entre su abogado defensor y su acompañante terapéutica, Susana Freydoz escuchó casi sin moverse la extensa requisitoria de elevación a juicio. Pañuelos de papel secaron las lágrimas que cayeron en un par de oportunidades de sus ojos. Durante más de dos horas, la secretaria de la Cámara Primera, Laura González Vitale, repasó las declaraciones testimoniales obtenidas durante la instrucción de la causa. Allí no sólo se recordaron los momentos previos y posteriores al disparo que terminó con la vida de Soria, sino que se conoció mucho sobre su conducta durante los meses anteriores a la tragedia. Freydoz tuvo que enfrentar en ese momento los duros juicios emitidos por sus hijos. “Mi vieja era jodida”, dijo “Carlitos” al declarar sobre las sospechas de infidelidad y las acusaciones que recibía él, supuestamente por “cubrir” a su padre. Cuando fue llamada a sentarse frente al tribunal, Freydoz respondió con voz firme las preguntas que le hizo el juez Carlos Gauna Kroeger. Detalló que nació en Neuquén, que su profesión era la de nutricionista pero que no ejercía “desde hace más de diez años” y que era hija de Alberto Freydoz y Ana Ema Kranke. La única duda, no menor, la tuvo cuando el presidente del tribunal le preguntó si quería declarar. Su silencio se extendió por algunos segundos, hasta que miró a su derecha, buscando la imagen de su abogado. Alberto Riccheri hizo con la cabeza un gesto negativo y ella rápidamente dijo “no”. Luego de eso, Freydoz fue autorizada a retirarse de la sala de audiencias. Junto a su acompañante y a los policías de su custodia entró a una pequeña habitación cerrada, que fue especialmente acondicionada ante la posibilidad de que pidiera salir. Antes de que se vaya el juez Gauna Kroeger le aclaró que mientras se desarrolle el juicio debe venir a Roca para el inicio de cada audiencia, pudiendo retirarse luego si esa es su voluntad.

contexto