Las nuevas construcciones eólicas

Una empresa argentina transforma el viento en energía a través de turbinas. Está pensando para viviendas, silos, naves industriales y tanques. Hay dos experiencias piloto en Buenos Aires. También hay interés entre las empresas petroleras.

Tango Winds se denomina el proyecto de generación de energía eólica que plantea la autosustentabilidad energética de edificaciones, silos, naves industriales y tanques. El objetivo de este desarrollo es encausar el viento que rodea esas construcciones hacia turbinas que lo convierten en energía.

Por el momento se han desarrollado dos prototipos en Don Torcuato, partido de Tigre, donde está ubicado el taller de Tango Winds. Se monitorearon durante varios meses para realizarle ajustes que mejoren la eficiencia y en los próximos meses se instalarán los primeros equipos: dos en San Martín de los Andes, tres en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires y otros dos en la costa atlántica.

También hay un proyecto para llevar adelante estas “viviendas eólicas” en un loteo cercano a El Chaltén, provincia de Chubut, adonde no llega energía eléctrica ni gas. Será en un predio de 5.000 hectáreas con costa sobre el lago Viedma.

“De los ensayos iniciales -con maquetas y prototipos de baja escala- al concepto actual pasaron tres años de desarrollo donde perfeccionamos los sistemas aplicando tecnología CFD, que estudia los flujos de aire y es muy utilizada en los diseños de coches de Fórmula Uno. Confirmamos que la eficiencia se logra en circunstancias aerodinámicamente muy delicadas”, explica Juan Pablo Pizarro, uno de los socios fundadores de la empresa.

Para obtener la misma energía solar se deben invertir 15.000 dólares, pero con este sistema el costo es inferior”.

Juan Pablo Pizarro , socio fundador de Tango Winds.

Precisó que las turbinas eólicas “se encuentran dentro de las canalizaciones Venturi, que completan el proceso de aceleración” y que de esa manera “una altísima tasa de esa potencia se convierte en energía utilizable a solo unos metros de donde se la necesita”, detalló.

Pizarro indicó que, entre otras ventajas, Tango Winds “no tiene costo por traslado de energía, funciona con rangos de viento más amplios que otros sistemas eólicos, las turbinas verticales no producen ruidos molestos y los equipos poseen una relación costo-generación muy beneficiosa”.

En números

2
proyectos se instalarán en San Martín de los Andes. La firma monitorea dos experiencias piloto en Buenos Aires.

Reveló que hay empresas del sector petrolero que se han mostrado interesadas en contar con esta tecnología. “La Patagonia es una zona de muy buena calidad de vientos y, a su vez, los yacimientos presentan complejidades y altos costos para la provisión de energía proveniente de otras fuentes de generación”, aseguró.

De acuerdo a los estudios que realizaron, los costos de equipamiento para generar un kilowatt hora, que es el consumo promedio de una vivienda estándar, es de unos 5.000 dólares (para tres KW de potencia instalada). “Para obtener la misma generación en energía solar se deben invertir 15.000 dólares, mientras que el costo de generación con respecto a molinos eólicos es similar, pero con este sistema es claramente inferior la inversión para instalación, mantenimiento y transporte de energía”, señaló Pizarro.

Un desarrollo que parte del autoconsumo pero puede
dar ingresos

“El 60 por ciento de nuestro territorio tiene vientos favorables para la generación eólica. Nuestra tecnología no es más que una herramienta para que esa energía, que es gratis, esté disponible en casas y comercios, y que sirva para potenciar la actividad industrial y agrícola en zonas donde hoy no es posible”.

Así sintetizó Juan Pablo Pizarro, socio de Tango Winds, la tecnología que busca aprovechar el viento circundante a edificaciones como viviendas de propiedad horizontal, silos, tanques o galpones industriales.

Los otros socios fundadores de la compañía son Roberto Blanco, Luciano Cianni y Alejandro Klarenberg. La tecnología es cien por ciento argentina, está protegida por dos patentes internacionales.

Pizarro consideró que a partir de la ley 27.424 de energía distribuida la venta de excedentes de generación que se puedan lograr es una cuestión de tiempo y que, sumada al ahorro que representa el sistema en el gasto por consumo, otorga una enorme ventaja competitiva.

“Estamos hablando de recuperar no sólo la inversión en el equipo de generación sino también que se pueda repagar la casa en un periodo de entre 20 y 30 años, dependiendo de los precios de las tarifas vigentes”, finalizó.


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