Los comercios de barrio enrejan el mostrador en Neuquén

La mayoría lo hace por prevención tras ser víctima de robos menores. Preocupa que se naturalice la violencia, como los tiroteos.

INSEGURIDAD

NEUQUÉN (AN).- Los comerciantes neuquinos optan por atender al público detrás de las rejas. En consulta con diversos negocios, indicaron que son pocas las medidas que pueden adoptar para resguardar la seguridad. Para los propietarios de los locales hay problemas con los jóvenes y afirmaron que por lo general los ladrones son personas que llegan de otros sectores de la ciudad.

En los barrios más alejados del centro de la ciudad es común ver centenares de familias que destinan parte de sus hogares para instalar un pequeño emprendimiento. Cuadra tras cuadra se pueden ver kioscos, despensas o rotiserías con grandes estructuras de metal amuradas a las paredes.

Así es el caso de Kira, que instaló una jaula colocando rejas sobre todos los mostradores de su despensa en la Toma 7 de Mayo. Ella explica que es una medida de precaución y asegura que “no me ha tocado tener asaltos violentos, ni ladrones armados. Sólo arrebatos, uno les alcanza algo por el mostrador y cuando lo agarran se van corriendo sin pagar”.

Desde una postura distinta, Oscar Jara indicó que “la mayoría se instala con rejas, pero yo no puedo. Yo antes de poner rejas cierro todo, porque esa no es la forma de atender a la gente”. Jara es dueño de una vinería sobre Novella al 5.200 del barrio Independencia. Aseguró que se dedica al comercio desde el año 1986 y que hasta el momento ha sido asaltado 7 veces.

El 15 de noviembre último, su hijo de 32 años, Jorge Jara, recibió una herida de bala en la puerta del local luego de un cruce de palabras. El agresor fue un vecino de 20 años, que vive a una cuadra y media del negocio.

Al respecto el comerciante comentó que “hay un problema con los jóvenes, que empiezan a robar y a meterse en la delincuencia. Cuando la policía los busca se mueven de un barrio a otro y se van escondiendo, se conocen entre todos”.

“La gente se acostumbra a la violencia, la naturaliza. La semana pasada se agarraron a los tiros en frente del local, pero no pasó nada”, concluyó.

Si bien la experiencia no es común a todos los comerciantes, el caso de inseguridad más emblemático es el del ferretero de Cuenca XV, Damián Piñel, que permanece en prisión domiciliaria desde el 25 de diciembre por el asesinato de Jonathan Contreras (16). El comercio que tiene en su casa fue el blanco de numerosos proyectiles, sus aberturas están todas perforadas por las balas. En ese lugar, Piñel recibió un disparo que terminó por quebrarle el brazo derecho en noviembre.


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