Los riesgos para la salud

testimonios

Jaqueline Cárdenas, es una de las referentes de la toma Barrio Los Sauces, una de las áreas más afectada por la contaminación del canal Ex Roca. Reconoció que la situación del asentamiento en cuanto a la sanidad es muy precaria. Por la escasez de agua potable (tienen una sola canilla comunitaria) muchos de los habitantes de la toma han realizado perforaciones. “No es sólo la contaminación y el olor que sale del canal. El problema es que no tenemos agua potable. Las napas están contaminadas y la mayoría de los vecinos consume el agua de las perforaciones”, informó. En ese sector viven cerca de 80 niños que, según explicó Cárdenas, sufren de alergias, problemas en la piel y “tienen constantes enfermedades respiratorias”.

Otra de las preocupaciones que tienen, más allá de la contaminación evidente del curso de agua, es que en el lodo del fondo o en las paredes haya metales pesados producto del vertido de efluentes industriales.

Cárdenas reconoció que hay un problema con la basura pero responsabilizó al municipio por la esporádica recolección de residuos. “Como dicen que somos ilegales el camión no entra al barrio. Los canastos que se pusieron afuera son muy chicos, rebalsan y la basura se cae al canal”, relató.

La gente de este sector se sumó a un amparo ambiental que presentó el año pasado la docente cipoleña Mariana Giaretto con el patrocinio de la abogada Victoria Naffa.

El primer amparo por contaminación lo presentaron los habitantes del barrio Labraña, en 2004 y exigieron el saneamiento del Canal de los Milicos. Uno de los impulsores fue Luis Guajardo, que tuvo que atravesar una situación muy complicada relacionada con la salud de uno de sus hijos y que, no duda en asegurar que fue producto de la contaminación del canal que en ese momento pasaba a cielo abierto frente a su casa. Desde esa fecha, y hasta el momento, sigue de cerca el expediente.

Contó que todas las empresas que estaban incluidas en el trámite judicial cumplieron con la construcción de plantas de tratamiento de efluentes salvo Pulpa Moldeada, que actualmente es Celulosa Alto Valle. “La papelera tendría que haber instalado en octubre del año pasado la planta de tratamiento pero no lo hizo”, cuestionó y aseguró que el problema es que la firma “no tiene voluntad para hacerla porque plata sí tienen. Son dueños de muchas empresas”, criticó Guajardo sobre la demora de más de diez años de la empresa de cumplir el fallo.

Lo que también cuestionó fue la falta de seguimiento al resto de las empresas. “Ningún organismo controla que mantengan los niveles de vertidos de efluentes en los niveles que marca la legislación”, evaluó y contó que hay días en que es imposible respirar por el olor nauseabundo que emana el canal.

Si bien la Justicia puede actuar sobre una denuncia puntual, el control de la contaminación le corresponde a los organismos provinciales y municipales que tienen el poder de policía. (AC)

Jaqueline cárdenas

Barrio Los Sauces


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