Más carozo en Mendoza golpeó al Valle

La sobreoferta de producción afectó las cotizaciones.

Precios que no se recuperan

La mayor parte del durazno y de la ciruela que se cosechan en el Valle de Río Negro y Neuquén tiene como destino final el mercado interno. Por una cuestión de variedades y volumen, la exportación de este tipo de productos en nuestra región es ínfima cuando se la compara con las de pomáceas. Por lo tanto, cuando el “gran productor” de fruta de carozo, Mendoza, no tiene una buena cosecha, los precios que se reflejan en las góndolas son buenos para los productores. Lamentablemente, en la presente temporada el escenario que se describe no se dio y esto se vio reflejado en los precios finales logrados por los chacareros del Valle. Más fruta, mucha más fruta, fue lo que terminaron cosechando los mendocinos en la temporada 2012-2013. La estadística anual del Instituto de Desarrollo Rural lo confirma: la cosecha frutícola, de no mediar contingencias climáticas que cambien drásticamente la previsión, totalizará 667.946 toneladas entre las distintas especies que se dan en Mendoza, un volumen récord en los últimos siete años. Si se desagrega por tipo, claramente la ciruela para industria es, con algo más de 211.000 toneladas, la producción esperada más importante y también la de mayor incremento interanual, ya que multiplica por cuatro la recolección del ciclo pasado, cifra que se reajustará a fines de este mes. En tanto, sin un aumento sustancial del área cultivada, la expectativa en torno al durazno es de 100.703 toneladas, lo que por ahora representa casi un 25% más, aunque en el sector hay preocupación por la calidad. Por otra parte, los frutales de pepita ratifican su mal momento con la pera y la manzana en caída por segundo año consecutivo, un dato acompañado por la pérdida de la superficie cultivada, en una minicurva que arrancó en el ciclo 2009-2010 y hoy está en 4.135 y 2.981 hectáreas respectivamente. “Los números se explican en buena medida por la recuperación de las zonas este y norte, donde el año pasado las heladas provocaron mermas de la producción. A su vez, se cuenta la entrada en producción de una superficie importante de ciruela para industria en el sur, lo que da un incremento relevante en nuestra estimación de cosecha aunque la experiencia nos indica que hay que tomar recaudos por lo que implica la caída de frutos. Esto obliga a hacer un reajuste en la segunda quincena de enero, por lo cual si bien se espera mucha más fruta no podemos tomar las más de 211.000 toneladas como un dato certero hasta esa fecha”, explicó Francisco Gómez, gerente general del Instituto de Desarrollo Rural. Los productores del Valle aseguran “que este año muy pocos camiones se acercaron desde Buenos Aires para comprar carozo” y esto determinó que parte importante de la fruta tuviera que ser “liquidada” en la región ante la falta de demanda. (Fuente: “Los Andes”/Redacción Central)


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