“No hay que creérsela”

El DT de Gigantes resaltó la importancia de la Liga Argentina: “La mitad de la selección juega acá, algo inusual en cualquier deporte”.

Alejandro Grossi ríe del otro lado del cable telefónico. A esta altura la conversación discurre por caminos inesperados y llega hasta Marcelo Bielsa. El Loco acaba de subir a la web cuatro videos donde muestra el trabajo meticuloso, obsesivo que hizo para seguir y conocer los movimientos del Athletic de Bilbao, su nuevo club. Miró más de 50 partidos en DVD y repasó individual y colectivamente las virtudes y los defectos de sus dirigidos. Grossi calla, reflexiona y luego dice: “El voley está adelantado en todas esas facetas, es un deporte de avanzada en cuestiones como la táctica y el seguimiento de los equipos”. El fútbol es el deporte rey, pasarán años, décadas y eso no cambiará. Grossi jamás llegará a ganar el sueldo del Loco a pesar de ser uno de los mejores entrenadores argentinos. La Copa América seguirá llevándose casi toda la atención, aunque las cosas han cambiado un poco desde hace unas semanas para el voley después de las proezas del joven seleccionado nacional en la Liga Mundial que se jugó en Polonia. Grossi es uno de los padres de la criatura y ve en ese histórico cuarto lugar no sólo una cuestión de lógico posicionamiento. También un mundo de oportunidades. El DT de Gigantes del Sur está en Buenos Aires entrenando al seleccionado sub 23 que afrontará un torneo reducido en Córdoba con Rusia, Alemania, Estados Unidos y Canadá. En una Argentina deportiva donde los proyectos a largo plazo se menosprecian y los resultados inmediatos aplastan las ideas, es bueno conocer y entender el fenómeno del equipo que orienta Javier Weber. “Lo que hizo el seleccionado en Polonia fue muy bueno, muestra que el nivel colectivo e individual argentino creció mucho, que nuestros jugadores pueden jugarle de igual a igual a los mejores y que sólo Brasil y Rusia están un escalón más arriba”. – La clave estuvo en un trabajo casi silencioso que llevó largo tiempo. – Varios factores se conjugaron: la continuidad del trabajo, que los seleccionados menores, juveniles y mayores jueguen de la misma forma y también la irrupción de una camada brillante. Todo eso más la decisión de un profundo recambio que dejó afuera a grandes jugadores como Spajic, García, Filardi Y, sin lugar a dudas, fue clave la lujosa estructura de trabajo, con DT muy buenos y una logística excelente de la mano de Ideas del Sur (la comercializadora). Es decir, nada es arbitrario y casual. Todo es causal. – ¿Dónde entra la liga aquí? – Hay una retroalimentación entre el seleccionado y la liga. Para el caso, Luciano De Cecco fue el mejor armador de la liga Mundial y la última temporada jugó en el país, Ocampo y Giustiniani son de los mejores del voley local. La mitad del equipo juega en nuestra liga, algo inusual para cualquier deporte. Lo mismo pasa con los DT, todos actuamos acá, trabajamos en el seleccionado y después esa experiencia la volcamos en nuestros equipos. – Una de las frases que se repitió durante años fue: cuando Marcelo Tinelli se canse de poner plata, el voley desaparece. ¿Es tan así? – Primero hay que dejar algo claro: Tinelli no se va a ir del voley. Y algo más: tener a un número uno como él comprometido es un privilegio, un beneficio. Su llegada no hizo más que potenciar la liga, porque hizo de Bolívar una superestructura y motivó un cambio de mentalidad en general. Fijate que los estados municipales y provinciales invierten directamente en el deporte, y eso es un logro de Ideas del Sur, lógicamente apoyado por la federación. – Muchas veces los proyectos terminan fracasando cuando los éxitos aparecen antes de lo previsto. ¿No tienen miedo de ello? –Los proyectos fracasan cuando se saltan etapas, cuando se pierde el rumbo y no se hace un camino sistemático. Este es el inicio de un largo andar y no hay que creérsela, porque este equipo concretó algo fabuloso. Pero en el partido por el tercer y cuarto puesto ante Polonia, dejó en claro que le falta rodaje, que hay mucho por aprender. Le faltaron algunas herramientas para subir al podio. Con Weber y los demás entrenadores seguimos pensando que ahora la meta a mediano plazo es llegar a Londres 2012, pero el gran objetivo es conseguir una medalla en Río de Janeiro, cuando la mayoría de estos jugadores tendrán entre 25 y 26 años. – Al voley le falta la quinta pata: la identificación popular. – Coincido en un 50% con eso. Creo que el argentino es exitista por esencia, y cuando más se gana más se acerca a ese ámbito. Voy al caso de Neuquén: creo que es una provincia sin mucha cultura y tradición deportiva, joven, que está buscando su identificación. Pero a la vez, en los grandes partidos Gigantes ha llenado y hoy lo siguen todos los partidos no menos de 800 personas, tiene un público genuino. Con el seleccionado pasa algo similar, aunque los chicos de Weber tienen un plus: el carisma. Jugadores como De Cecco y (Facundo) Conte son talentosos y transmiten mucho. Ante una selección que contagia, la gente va a responder. –¿Por qué dice que el voley es un deporte de avanzada? –Porque hace años que los clubes y las selecciones trabajan con estadísticas, videos y paginación de jugadas en medio de los partidos. Los entrenadores y sus ayudantes buscan en cada rotación una jugada para contrarrestar las estrategias del rival. Y lo hacen apelando a la tecnología en pleno partido y hasta en los entrenamientos. Por los programas de captación de talentos que existen en todo el país y porque al menos aquí aprendió a trabajar en conjunto y sin egoísmos. –Nunca se fue de Gigantes a pesar de que todos los años surgen rumores de que el equipo se baja por falta de plata. –Porque siempre me dejaron trabajar con libertad, apenas llegué me hablaron de un proyecto con continuidad y no me fallaron. He tenido otras ofertas, pero estoy muy identificado con Neuquén y con el equipo y eso generó un fuerte compromiso. Espero que esta temporada podamos seguir. (Sebastián Busader)

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