«Nuestra lucha docente no es un capricho»

¿Hasta cuándo Sr. Saiz? Nuestra lucha docente no es un capricho. La misma pasa por ser dignos, y en busca de esta dignidad los docentes debemos pasar miles de atropellos, que enumerarlos sería eterno, por la ignorancia de gente como sus ministros, asesores, ejecutivos detrás de un escritorio que cobran un sueldo de ñoquis, porque no puede esa gente dirigir la educación sin conocer la realidad. Y si la conocen ¡qué importa! si ellos pueden enviar a sus hijos a escuelas privadas, pagar una mutual donde no tengan, como nosotros y nuestras familias, que suplicar por una atención correcta, pagando un plus médico previo o tener que pagar la consulta porque jamás el Ipross funciona.

La situación actual con el gobierno, sin una invitación al diálogo, llevó a nuestro compañero a un cansancio extremo, el que originó semejante accidente y su muerte. ¡Le decimos que ese desgaste no va a llegar!

Llevamos años peleando por un sueldo digno, no sólo para poder mantener nuestros hogares, sino también la propia educación de nuestros hijos.

Los alumnos ayer y hoy tienen una escuela pública gracias a los maestros que con olores nauseabundos cloacales, con falta de agua, gas, electricidad, sin material didáctico, tizas, borradores y muchas cosas más, dictan clases para que nuestros niños no pierdan días y se dan el gusto ustedes de decir que envían computadoras a escuelas que ni siquiera tienen la capacidad edilicia ni espacio donde colocarlas. También regalan fotocopiadoras cuya tinta valía el año pasado $400, de la cual no se hacen cargo. En cambio vemos que invierten muchísimo dinero en espacios publicitarios para seguir engañando a la sociedad en general.

Siempre desean ensuciar a quienes con la frente alta y orgullosos de nuestro quehacer diario y con todas esas falencias logramos sostener el sistema educativo de Río Negro, Sr. gobernador, si desea achique los gastos, busque asesores como la gente y haga algo digno alguna vez en su vida.

María Cecilia Quijano

DNI 17.064.716

Cinco Saltos