OPINIÓN PUBLICADA

• En “Buenos Aires Herald” y bajo el título “Tiempo de prueba para periodistas”, Robert Cox comparó con pesar la autocensura de medios de prensa en el país con el silencio que muchos de los grandes medios mostraban en el país durante la dictadura militar que dejó miles de víctimas y un saldo de terror. “La semejanza actual es que, aparte de la prensa opositora, a la que le que gusta llamarse a sí misma prensa independiente, los medios están otra vez censurándose a sí mismos. En este momento, no tan diferente a la visión de la mayoría de la prensa durante la dictadura, los medios audiovisuales, diarios y revistas que actúan de prensa oficialista, creen que lo hacen en defensa del interés nacional al no reportar casos de corrupción gubernamental. Ello sería suficientemente malo, pero la prensa oficial además se empecina en desacreditar a los periodistas que hacen su trabajo sin mirar si la información agrada o desagrada a un gobierno que pierde contacto con la realidad”. Luego de lamentar que no haya un servicio independiente de noticias al estilo de la BBC, saludó que hoy la Argentina “tiene una organización que hace la diferencia. Me refiero al Foro Argentino de Periodismo (Fopea), una verdadera organización independiente de periodistas que hacen esfuerzos por ser imparciales reportando las noticias. Se formó hace diez años, para marcar el 20 aniversario del regreso de la democracia y atravesó un camino pedregoso. Fopea es un punto de referencia cuando trato de encontrar la verdad, que generalmente está escondida de propaganda o distorsionada por la polarización de la prensa en dos campos separados”, señaló. Ponderó el modo en que Fopea repudió la agresión y amenaza de periodistas de TN que cubrían en Río el viaje del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y puso atención sobre el informe de Fopea respecto del espionaje hacia el periodista de investigación Daniel Santoro. Se preguntó luego si el silencio de la presidenta sobre tan graves amenazas a la libertad de expresión podría obedecer a que “quizás ella haya leído el brillante y devastador reporte de Hugo Alconada Mon en La Nación, que describió cómo la fortuna de la familia Kirchner creció como las semillas mágicas de un cuento”. Por último, lamentó la vigencia de algo que escribió el mismo en 1980 sobre la existencia de una “falta de información y una atmósfera de miedo en la que nada podía discutirse abiertamente”. Y agregaba “sin una prensa profesional y comprometida, ninguna de las instituciones puede funcionar apropiadamente. El retorno al estado de derecho, por ejemplo, se basa en una prensa que insista en la garantía de que haya justicia”. ***** • En su sección editorial, La Nación opina que “la economía argentina es hoy lo más parecido a un bote de goma lleno de parches que hace agua por todos lados. Su problema de raíz es que el llamado modelo de crecimiento con inclusión social no ha sido otra cosa que un burdo populismo que, durante varios años, tuvo la suerte de recibir el viento de cola derivado de precios de exportación muy elevados. Pero, incluso con ese beneficio, el modelo siempre fue inconsistente porque no basó el consumo en una mayor productividad generada mediante inversiones, sino a través de diferentes mecanismos artificiales que crearon un falso clima de prosperidad. Como todo populismo, este modelo ha generado toda clase de distorsiones que el gobierno nacional ha intentado tapar sistemáticamente con parches, profundizando los problemas”.

Tel-Fax Redacción Tel-Fax Publicidad


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