Misión Imposible 8: Tom Cruise contra la ultraderecha

El gran triunfo de la inteligencia artificial independiente que busca aniquilar a la humanidad es destruir la idea de “verdad”. Ya nadie cree en lo que dice el otro. Todos odian a todos los demás.

Hace ya 10 años que en esta columna venimos hablando de la influencia negativa que han tenido las redes sociales en el funcionamiento de las democracias. Las redes sociales favorecen las polarizaciones extremas, la difusión del odio hacia los que piensan distinto y también experiencias de violencia simbólica y hasta física contra los representantes de posiciones políticas diversas a las de los agresores. Todo aquello que durante dos siglos las repúblicas democráticas trataron de eliminar para generar una escena pública más civilizada ha regresado con fuerza y hoy domina no solo la política sino la mayoría de los ámbitos de interacción social.

Es tan masivo el sentimiento de retroceso civilizatorio que imprime esta violencia en el espacio público que se han producido varios films y series cuyas historias se basan en el caos político generado por las redes sociales. Hay muchas obras, pero ninguna había logrado convertir a internet, la inteligencia artificial y las redes sociales en el enemigo contra el que debería luchar el héroe para salvar a la humanidad. Misión imposible lo ha logrado.

  En 2023 se estrenó la séptima entrega de la saga, titulada “Sentencia mortal”, en la que Tom Cruise vuelve a interpretar al agente Ethan Hunt. Ese film era la primera parte de una obra que recién se completa ahora con el estreno de Misión imposible 8, titulada “Sentencia Final”. Tom Cruise dedicó buena parte de los últimos 30 años de su vida a esta saga que ahora parece terminar en Sentencia Final, un film que comienza haciendo una relectura de todos los anteriores como una especie de racconto anterior a un cierre de la historia. Lo importante para nuestra columna (y para la trama del film) es el enemigo que Ethan Hunt combatió durante estos dos largos films que juntos hacen uno de casi 6 horas de aventuras extremas y emociones a flor de piel. Y ese enemigo es la inteligencia artificial que copa internet y (como todo está conectado a internet) se mete en la vida de cada uno de los 8.000.000.000 de habitantes del planeta.

 La inteligencia artificial en Sentencia Final ha llegado a independizarse completamente del control humano, ha tomado la iniciativa y tiene un plan propio: destruir a la humanidad. Para eso ha generado grupos de fanáticos que se infiltran en todos los niveles sociales, en todas las instituciones y ha fragmentado al extremo la vida política y social, haciendo que nadie confíe en nadie. El gran triunfo que la inteligencia artificial independiente (que en el film se llama “La Entidad”) ha logrado es destruir la idea de “verdad”. Ya nadie cree en lo que dice el otro. Todos odian a todos los demás. No es posible que haya acuerdo entre distintos partidos y menos aun entre los países, varios de los cuales tienen arsenales atómicos que todos temen que se usen contra los otros antes de que los otros, que también tienen esos arsenales, los usen primero.

El panorama social y político que se muestra en las dos partes de esta Misión imposible final es muy parecido al que hoy vive el mundo, con solo una leve exageración. Hay apenas más descreimiento popular del que hoy existe (apenas un poco más) y hay algo más de caos social; un caos que lleva (en el film y en nuestra realidad) a elegir los partidos políticos más extremos y los líderes más delirantes. Todo esto es el contexto en el que se sitúa la trama de estas dos entregas de Misión imposible: un mundo al borde de la autodestrucción porque los gobiernos, los políticos y la gente se dejaron manipular por La Entidad (esa gran inteligencia artificial que se independizó). Y lo más importante es que para que nadie crea en nada ni en nadie, lo primero que fue necesario hacer es que nadie crea en la verdad, en la ciencia, en el discurso racional.

            No voy a spoilear el final del film (que recomiendo ver, la primera parte está en Netflix, la segunda es la que se estrenó ahora en los cines). Pero la lucha que emprende Ethan Hunt es titánica porque implica salvar a toda la humanidad de la trampa que le tiende La Entidad, pero sobre todo salvarla de sí misma y de sus creencias estúpidas y violentas, de la que está prisionera porque se dejó atrapar por la espiral de odio que se vive en las redes sociales e internet.

Ethan Hunt es un héroe de ficción y lo que sucede en Misión imposible 8 Sentencia Mortal es una fantasía. Pero que nuestras sociedades están en un tembladeral por la falta de confianza de la mayoría en la política es algo que se vive en todos los países democráticos. Y esa desconfianza, esa creencia cada vez mayor en los falsos ídolos y esa apuesta delirante por las políticas extremas es completamente real: es la forma en la que estamos viviendo y de la que no sabemos cómo salir.