Perú crece y atrae

GUSTAVO CHOPITEA (*)

Perú sigue creciendo. Aceleradamente. Para el año que viene, para el país del Pacífico se proyecta una tasa de crecimiento anual del 5,6%, la más alta de todas las esperadas en la región, seguida de cerca por las de Colombia, Paraguay y Chile. Estos –y no otros– son los países que hoy más avanzan y atraen la inversión, tanto doméstica como externa, en nuestra región. Paraguay crecerá al 5,4%, Colombia al 4,7% y Chile al 4,5%, según concluyen las estimaciones más recientes. Por esto no sorprende que cada mes unos 3.750 extranjeros lleguen al Perú en busca de trabajo, desde todos los rincones del mundo de habla hispana fundamentalmente. Cabe señalar que cada empresa peruana tiene un límite legal: sólo puede tomar extranjeros que representen hasta un máximo del 20% de su plantilla laboral total. Salvo el caso de aquellos procedentes de la Comunidad Andina de Naciones, que están más allá de esa limitación. Los colombianos son quienes más llegan ahora a trabajar al Perú (el 15% del total), seguidos de los chilenos (el 14% del total), de los españoles (el 12% del total), de los argentinos (también el 12% del total) y de los bolivianos (el 7% del total). Todos llegan con la ilusión de poder progresar profesionalmente o de escapar a la desocupación, como sucede generalmente con los hispanos, que tienen una altísima tasa de desocupación doméstica que, en España, su propia casa, es desgraciadamente del 26%. Son casi todos jóvenes profesionales. Muchos apuntan al sector de la construcción, que está particularmente dinámico en el Perú actual, pero también llegan al sector de los servicios. No es nada difícil conseguir una visa de trabajo. Basta contar con un contrato de trabajo aprobado por el Ministerio de Trabajo, luego de lo cual el Servicio Nacional de Migraciones del Perú emite la visa en el consulado peruano elegido por el extranjero, quien debe luego superar una cita con la Interpol y recibe después su “carnet de extranjería”. Todo demora apenas unos dos meses, aproximadamente, y la visa puede a su vez ser temporal o de residente. Ninguna es imposible. Un Perú distinto, pujante, queda visto. Está progresando, paso a paso, pero manteniendo un rumbo que ha descubierto. Es el que lo hace crecer y creer en si mismo. (*) Analista del Grupo Agenda Internacional


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