Piden atención a internos de la cárcel de Senillosa con síntomas de coronavirus

La Defensoría Pública pidió asistencia para los internos de la cárcel de Senillosa que aseguran tener síntomas de coronavirus. Además, se solicitó que se refuercen los protocolos sanitarios en vistas de que hay 12 casos confirmados entre el personal y se esperan los resultados de siete testeos, mientras 71 penitenciarios permanecen en aislamiento. La intención es evitar la propagación del virus, que podría darse rápidamente entre la población que permanece en un contexto de encierro, disparando las cifras de positivos.

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La Defensoría presentó el hábeas corpus colectivo y preventivo, instando tanto a las autoridades del servicio penitenciario federal como a la de Salud de la provincia a que trabajen de forma conjunta en dos aspectos: los testeos de casos sospechosos y la aplicación de los protocolos sanitarios.

Desde la cárcel se confirmó que son 71 los agentes aislados porque tienen diagnóstico positivo, porque mantuvieron contacto estrecho o porque presentan síntomas compatibles con resfríos y/o angina. De ese grupo, 12 tuvieron testeos positivos y 12, negativos, mientras que otros siete esperan resultados. Se resaltó que el aislamiento es «por simple prevención» y los trabajadores están siendo monitoreados por las autoridades sanitarias.

Se indicó que las actividades de la institución están garantizadas y que se cumplen con todos los protocolos. Con respecto a los internos, las autoridades del complejo aseguraron que ninguno tiene síntomas o signos de compatibilidad con COVID-19.

Sin embargo, hubo internos que, luego de enterarse de los casos sospechosos entre los penitenciarios, informaron que tenían fiebre, dolor de garganta, malestar general, pérdida del gusto y del olfato. Sin embargo, aseguraron que solo les tomaron la temperatura y, como era menor a 37,5°, les dieron paracetamol y no les realizaron más controles. Por esto, la Defensoría apeló a uno de los criterios establecidos por el comité provincial de emergencias para definir casos sospechosos, en referencia a que se trata de población en un contexto de encierro que presenta dos o más síntomas compatibles con coronavirus.

En el hábeas corpus también se hizo referencia a que se debería aplicar el sistema de vigilancia centinela, que consiste en la búsqueda de casos a partir de síntomas leves para evitar brotes mayores, por tratarse de una institución cerrada.

Uno de los puntos que se resaltó en el pedido, y que ya había trascendido cuando se conoció el primer caso la semana pasada, es que los agentes positivos podrían haber tenido contacto con los internos. El mismo podría haberse dado durante requisas realizadas recientemente, audiencias o tránsito hacia los espacios laborales.

Ante este panorama, también se solicitaron informes a las autoridades del complejo penitenciario federal y al comité provincial de emergencias para poder tener mayores detalles de cuál es la situación epidemiológica interna y las medidas aplicadas. Además, se incluyó, como medida cautelar, que en el plazo de dos horas sean examinados los internos que cumplan con los criterios de población de riesgo y los que pueden haber tenido contacto con alguno de los agentes positivos.

La aplicación de medidas sanitarias en las cárceles del país ha despertado polémica, sobre todo por la posibilidad de que haya quienes tengan prisión domiciliaria por tratarse de una población de riesgo. En este caso, no se hace referencia a este criterio, sino a los internos que están dentro del complejo. Cabe recordar que la cárcel de Senillosa tiene una población supera que ronda en las 500 personas, por lo que un brote de contagios podría tener un gran impacto en la situación epidemiológica de la provincia.