Precios cuidados vs. ultraprocesados: entre el bolsillo y la salud

Cada vez que se pone en marcha el programa del gobierno surgen los cuestionamientos por la lista de alimentos que la integran. Cuestionan que si el acento se pone exclusivamente en los precios, el sobrepeso y la obesidad seguirán aumentando en la Argentina.

Con cada lista de Precios cuidados empieza una polémica. Y la nueva no fue la excepción. Poca fruta, y verdura; para celíacos apenas tres productos y ninguno para diabéticos.
Los expertos en alimentación, cuestionan que los productos que componen el programa actual, como los anteriores, carecen de nutrientes. Hay gaseosas, cervezas, galletitas dulces, harinas refinadas, postres y productos ultra procesados.


Desde hace cinco años, la Organización Mundial de la Salud advierte sobre los riesgos y peligros de las bebidas azucaradas y los productos ultra procesados .
En diálogo con Río Negro, Luis María De Lupi, experto en alimentación naturista y referente de la ONG Mi Comida Me Sana opinó que la lista es “una medida meramente económica que surge del Ministerio de Economía, no del de salud y que busca ponerle un precio ancla a la mayoría de los “alimentos” que eligen la mayoría de los argentinos y que están reflejados en la canasta básica familiar, buscando resolver la emergencia desde lo económico. Pero está muy lejos de ser un estímulo al consumo de alimentos saludables y nutritivos”.

La lista es un fiel reflejo de lo alejados que estamos de los alimentos saludables. La elección de gaseosas, snacks, galletitas dulces, productos farinaceos, alcohol, postrecitos, jugos, etc., en la lista no hace más que reflejar el diagnóstico preciso del 60% de sobrepeso y obesidad que tenemos los argentinos y de otras dolencias los argentinos

Luis María De Lupi, médico generalista y experto en alimentación naturista y referente de la ONG


“Ese es otro tema que lamentablemente, no se venía haciendo antes y no se va a hacer ahora, menos en emergencia, ya que hoy en día no se respetan las guías alimentarias vigentes en el Ministerio de Salud de la Nación” agregó.


Para De Lupi, “la elección de gaseosas, snacks, galletitas dulces, productos farinaceos, alcohol, postrecitos, jugos, etc., en la lista no hace más que reflejar el diagnóstico preciso del 60% de sobrepeso y obesidad que tenemos los argentinos. Si no tomamos cartas en el asunto y no somos conscientes de lo que elegimos llevar a nuestras casas, la situación en salud no va a mejorar” explicó.


Para el especialista, hubiese sido mejor incluir al menos algunos alimentos un poco más saludables como legumbres, distintos tipos de cereales (no sólo el trigo), frutos secos, sal marina, algún aceite un poco más saludable, para estimular la alimentación saludable.

Creo que hay un largo trabajo para hacer. Y es positivo que se esté discutiendo, porque quizá en otro momento no se hubiese dicho nada. Ahora, al menos, se armó un poco de revuelo por ciertos alimentos que están incluidos en los precios cuidados y que no son saludables. Eso ya es positivo porque muestra un poco de conciencia que se empieza a tener de no elegir cualquier cosa dentro de los precios cuidados».

De Lupi


También tiene en claro que no se va a resolver la problemática de alimentación y salud con una simple lista de precios cuidados ya que “son años de condicionamientos y de presión por parte de la industria alimentaria a través de publicidad engañosa”.


Si bien señala que es positivo el debate que se armó a raíz ciertos alimentos que están incluidos en los precios cuidados y que no son saludables, cree que hay un gran trabajo para hacer.
“Eso ya es positivo porque muestra que se empieza a tener un poco de conciencia, de no elegir cualquier cosa dentro de los precios cuidados”, expresó
Opina también que hay que tomar conciencia de que si se siguen cuidando los precios de ese tipo de productos el sobrepeso, la obesidad y los problemas de salud van a ir en aumento.


De Lupi espera que este debate sea el punto de partida para elegir alimentos de verdad, y que el gobierno más allá de la presión de la industria alimentaria pueda empezar a tener políticas de estado que apunten a beneficiar la salud de la población ya que “la verdadera economía se estimula con la salud: si uno está saludable está contento, y si uno está contento trabaja, y si trabaja le va bien, y si le va bien produce más y si produce más genera un estado de bienestar y consumo”.


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