Proyectan un refugio para víctimas de violencia

En Cipolletti trabajan en una ordenanza que permita dar amparo a las mujeres, con recursos del Municipio. Hay compromiso del oficialismo de apoyarlo.

Pese al incesante pedido de las organizaciones sociales que asisten a las mujeres víctimas de violencia machista, la ciudad aún no cuenta con una casa refugio. La espera de que se concrete se deposita en un proyecto de ordenanza presentado por el concejal Miguel Aninao (ARI), que está siendo analizado en la comisión de Desarrollo Humano y Familia.

El proyecto fue presentado ante instituciones y organizaciones públicas que trabajan sobre esta temática. Durante la reunión, los ediles del ARI y del oficialismo recordaron el compromiso de la actual gestión de poner en funcionamiento una casa refugio en la ciudad.

En la reunión estuvieron referentes del hospital público, del programa municipal Ruca Quimey y del Consejo Provincial de la Mujer, entre otras instituciones.

Aninao remarcó la importancia del proyecto que determina el argumento, el funcionamiento y reglamento de la casa refugio. “Hay un solo objetivo y es que tengamos una ley que nos permita la creación de una casa refugio que trascienda cualquier gestión. Para nosotros es importante que no sea tomado como un programa”, dijo el edil.

La presidenta del Concejo Deliberante, María Elisa Lazzaretti, dio a conocer que planteó esta demanda ante los referentes del Consejo Nacional de Mujer y sostuvo que es necesario contar con “el recurso provincial”.

Ubicación secreta

El espacio deberá estar ubicado en el ejido cipoleño, aunque prevalecerá la posibilidad de que esté alejado de los lugares de mayor circulación. La ubicación no tomará estado público para proteger a las personas alojadas allí.

En el proyecto se ve a la casa refugio como “un servicio social especializado” de carácter asistencial de protección y de promoción de los derechos de la mujer. La finalidad del espacio es proteger “a mujeres, solas o acompañadas de sus hijos que atraviesen situaciones de violencia de género” con el objetivo de ofrecerles asistencia, contención y orientación psicológica, social y jurídica a través de recursos propios municipios y de otras instituciones colaboradoras.

La casa contará con presupuesto propio y con personal especializado. El espacio deberá funcionar de manera permanente, durante todo el año. El equipo profesional y técnico deberá estar compuesto por mujeres. En el lugar se deberá desempeñar una coordinadora general permanente, una trabajadora social, una psicóloga, abogada y operadoras rotativas que permitan la cobertura durante todo el día. Las personas que trabajen allí deberán tener formación en violencia de género, sensibilidad a la violencia doméstica y capacidad para el trabajo en equipo, entre otras cosas, indica el proyecto.

“Necesitamos que sea una ordenanza, una ley; que sea algo nuestro, de los cipoleños y que se siga trabajando para que esto perdure”.

Miguel Aninao, concejal
del ARI, fundamentó el proyecto de la casa-refugio.

Datos

“Necesitamos que sea una ordenanza, una ley; que sea algo nuestro, de los cipoleños y que se siga trabajando para que esto perdure”.

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