“¡Quiero ser empleado!”

Leí en el diario que en el 2012 los días laborables se reducirán notablemente a raíz de los feriados otorgados por nuestro gobierno nacional. Son 20 días sin facturación sobre 25 hábiles, es decir casi un mes menos en el año. Si se suman las vacaciones anuales, algún permiso, y según la antigüedad del empleado, algunos trabajarían ¡diez meses al año cuando les estamos pagando por trece! Desde el año 1988 manejo una pyme y actualmente doy empleo a diez personas que por supuesto mantienen a sus respectivas familias. Sus salarios son en blanco, pago sus correspondientes aportes, cuota al sindicato, seguros, vacaciones. Por otro lado aguanto su mal humor, llegadas tarde, poca dedicación al trabajo, desgano, permisos, camarillas, desinterés, como si sus salarios salieran mágicamente de una gran caja guardada en el fondo del negocio sólo por cumplir un horario establecido. Cuando se toman vacaciones, debo cubrir sus ausencias olvidándome de las mías. Diría sin temor a equivocarme que trabajo en relación de dependencia, siendo el dueño del negocio y de la poca o mucha inversión que en él hay. Nadie pregunta si el negocio anda bien o mal. Los aumentos vienen por decreto, no se analiza la rentabilidad que permitiría o no dicha posibilidad. ¡Arreglate! Es lamentable que las personas emprendedoras, las que arriesgan su capital y su salud generando empleo genuino, no sean correspondidas por sus empleados quienes no reconocen el valor de un trabajo, una ocupación que les permite aprender y progresar en la vida. Vivimos expuestos a los juicios laborales, donde rara vez se nos da la razón. Soportamos una competencia desleal de los que no pagan un solo impuesto y una presión tributaria sobre nuestras empresas que es cada vez mayor. Ni el Estado ni los sindicatos se dan cuenta de las consecuencias que traerá aparejadas el cierre de pequeñas empresas. Nadie planifica una salida a esta probable hipótesis, sobre todo cuando se están terminando los subsidios y muchos gobernantes se dan cuenta de que en el Estado ¡no cabe un alfiler más! Se debería valorar más el esfuerzo de los emprendedores, generándoles condiciones favorables para su expansión. Debemos volver a la cultura del trabajo, del sacrificio y las buenas actitudes. Los gremios deberían colaborar en la capacitación para lograr los mejores empleados, siempre defendiendo sus derechos. La Justicia, evaluar concienzudamente las presentaciones evitando la industria del juicio, que hace inviable cualquier pequeño emprendimiento. El Estado, eliminar el exceso de feriados e instar a trabajar y producir. Si hay algún pequeño empresario que se anime a tomar gente en estas condiciones: ¡quiero ser empleado! Y trabajar las dos terceras parte del año, olvidándome de la AFIP, proveedores, sindicatos, alquileres, malas caras, recuperando el buen humor que alguna vez supe tener. Ricardo Dougall DNI 10.532.537 Neuquén

Ricardo Dougall DNI 10.532.537 Neuquén


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