Tienen la palabra los más pesados del barrio20-9-03
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A partir de una entrevista publicada en el semanario roquero “Rolling Stone”, donde Iorio tuvo expresiones antisemitas y también se trazaron paralelos entre las letras de sus canciones y el ideario reaccionario, el grupo quedó en una posición incómoda ante la sociedad. “Sólo fuimos noticia cuando nos caratularon de fascistas y discriminatorios por sentirnos bien criollos”, resumió el cantante. Como contrapartida, el instrumentista señaló: “A pesar de no ser tapa de revista, ni publicar artículos en los diarios ni figurar en los balances musicales del año, seguimos de pie y con ganas de continuar tocando como el primer día”. Para el músico, el contundente presente del terceto, “es posible gracias a la amistad y al aguante de la gente que nos sigue”, opinó. “En el heavy -continuó- sin amistad no se puede hacer nada, y nuestra labor de este año ha sido una demostración del sentimiento que nos reúne con nuestra gente”. Por su parte, el cantante y guitarrista Norberto “Pappo” Napolitano expresó en cuanto al sentimiento del heavy metal, que surgió de lo que “marcamos con Riff”, un grupo que, aclaró, “sigue vigente y aparece cuando existe alguna fecha que nos convence, por eso no entiendo cuando se habla del regreso de Riff, ya que, en definitiva, nunca nos fuimos. Lo ideal sería tocar por lo menos dos o tres veces al año en Obras, pero si las condiciones no se dan, tocamos cuando está todo bien y de acuerdo con las necesidades de los seguidores”, agregó “Pappo”. “Riff es un sentimiento que no se puede parar -subrayó el violero y gestor de la banda en los ’80-. Le dimos un puntapié muy fuerte a todo el movimiento. Y aunque hoy vemos que existen muchas bandas, la nuestra tiene un sentido especial. Esperemos que la gente también lo entienda así. Lo nuestro es rock del más puro y pesado. Otras cosas -se sinceró- no sabemos hacer. Pero aquello fue lo que nos mantuvo unidos en estos 20 años durante los cuales nunca nos separamos, aunque por un tiempo no hayamos tocado juntos. Cada uno de nosotros puede estar en sus proyectos individuales o tocar con otra gente, pero siempre se vuelve a Riff. Incluso eso le da un toque de misterio al futuro de la banda, que existe sin buscarlo”, declaró. “Riff tiene la ventaja -continuó diciendo el ‘Carpo’- de que su música y sus letras son totalmente atemporales. Por lo tanto, nunca pasan de moda, como sí les pasa a otros que salen y al poco tiempo se caen porque no tienen sustento”. Para Fernando Scarcella, baterista de Rata Blanca, banda considerada como emblema del power metal (metal clásico), que no sólo tiene una legión fiel de seguidores en nuestro país, sino que además cautivó al público de España, México, Estados Unidos y Latinoamérica, “es un gran momento el que hoy vive el género del heavy metal con los logros de muchos de nosotros en el mundo, donde vemos que estamos representando a la música de la Argentina y, de esa manera, también ayudamos al surgimiento de grupos, también con ganas de trascender”, afirmó el batero. Sin dudas, el fenómeno Rata Blanca, además de su forma personal de interpretar el rock duro y de fusionarlo con lo clásico y medieval, se debe al carisma que tienen tanto Giardino (uno de los mejores, sino el mejor, guitarrista de la Argentina) como Barilari, con la responsabilidad de ser la voz y la imagen del grupo. “Lo que da un poco de bronca -explicó Scarcella- es que te pasan cosas monumentales afuera, llenás teatros y estadios en Buenos Aires y para algunos medios no existís o no te dejan que existas. Para mí integrar Rata Blanca y formar parte de su historia es un sueño que nunca hubiese imaginado. La responsabilidad es grande, pero la asumí desde un primer momento, además de estar embarcado en mi proyecto personal con Hipnosis”, confió el músico. Bastante más crítico con la situación del género, Wálter Meza, vocalista de Horcas, otra de las agrupaciones emblemáticas del metal nacional, lamentó el hecho de que “el género, prácticamente, no tiene difusión, no se escucha en las radios”. Sin embargo, el cantante subrayó el hecho de que “el heavy sobrevive porque la gente apuntala las distintas generaciones del heavy. A pesar de todas las trabas y de los lugares para tocar, que no crecen, seguimos en la lucha, con disco nuevo y giras por el interior”, adelantó. Otro ejemplo de esta tendencia, aunque en este caso se trata de un regreso, es El Reloj, otro emblema del género, que comenzó su carrera a mediados de los ’70, tuvo una pausa y desde hace algunos años volvió con la base de sus históricos. Escuchar a la banda que alguna vez lideró el recordado y malogrado guitarrista Willy Gardi es sumergirse en el rock duro, pero también nadar en las aguas del rock sinfónico. “El regreso de El Reloj se produjo por una necesidad de volver a tocar juntos, remarcó el tecladista y fundador Luis Valenti. “Cada uno de nosotros (en referencia al baterista Juan Espósito y al guitarrista Osvaldo Zabala) tuvo proyectos personales, pero pudieron más las ansias de volver”, agregó. Para demostrar que el heavy metal nacional en todas sus expresiones no termina ni empieza con las bandas antes detalladas, es bueno mencionar a agrupaciones como Jason, Lorihen, Nottingham, Vorax, Helmer, O’Connor, Humanimal, Larry Zavala, Renacer, Jezabel y muchas más, que no sólo realizan producciones independientes sino que además pueblan las carteleras de los distintos reductos metálicos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. También debemos citar, pero en el nivel del denominado ‘ñu-metal’, desconocido por los históricos, a Raíz, Cabezones, Carajo y la última etapa de A.N.I.M.A.L., que continúan una línea trazada desde el exterior por Deftones, Linkin Park, Staind y -recientemente- Evanescence. (Télam) Luis Digiano
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