Tres enfoques para la acción: las microrregiones
Pablo A. Gutiérrez Colantuono*/ Daniela Torrisi**
Las cinco microrregiones constituyen un mapa para trabajar aspectos de la territorialidad, donde juega fuerte el sentido de pertenencia de cada localidad.
Copade, al igual que las diversas áreas del gobierno provincial, se encuentra trabajando en enfoques posibles para la elaboración de políticas públicas desde el hoy hacia el día después. Son tres enfoques, a manera de herramientas, que hasta aquí se han pensado: 1) enfoque de microrregiones, 2) enfoque de reducción de riesgo y 3) enfoque de los ODS-Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La relación entre los tres generará una suerte de sinergia que permitirá abordar el territorio y sus nuevos desafíos desde un lugar innovador. En distintas publicaciones compartiremos cada una de estas propuestas. Hoy les presentamos el primer enfoque: las microrregiones, que como categoría fue elaborada conjuntamente con las localidades.
El resultado de la construcción fue la agrupación en cinco microrregiones que engloban todo el territorio de la provincia: Noroeste, Sur, Centro, Este y Confluencia. Conclusión de un proceso largo, dinámico y flexible. Muestra de ello es que antes estas microrregiones eran siete. Tenía en su entonces mayor peso la valoración de los factores económico-productivos en la determinación del concepto.
Luego se optó por acentuar más las miradas vinculadas a la identidad, la cultura, la dinámica social, los sistemas de pueblos y parajes. Para desde allí lograr una redefinición de las microrregiones.
Estas cinco actuales microrregiones constituyen un mapa, por cierto flexible, para trabajar aspectos de la territorialidad. Dicho mapa es permeable a los cambios, a las distintas visiones y trayectos de quienes representan el sentir y vivir de cada ciudad y pueblo. Es una característica propia la permanente actualización y revisión.
En el proceso de construcción del concepto y alcance de estas microrregiones resultó esencial conocer el sentido de pertenencia de cada una de las localidades. Algunos casos presentaron fuertes interrogantes que debieron ser despejados de manera consensuada y colaborativa.
Piedra del Águila, por citar una experiencia, pudo haber integrado la microrregión Centro.
Sin embargo, sus referentes territoriales prefirieron ser parte de la microrregión Sur, definiéndose como el portal de acceso a la zona de los lagos. Otro aspecto interesante fue la discusión generada en torno a los límites entre las microrregiones Sur, Noroeste y Centro, ya que antiguamente desde esta última se accedía al paso Pino Hachado y las tres microrregiones tenían límite con Chile.
Luego de un intenso trabajo de las localidades conjuntamente con el gobierno provincial se definió la readaptación de los límites. Se priorizó hacer foco en los perfiles turísticos, consolidados de la microrregión Sur y emergentes en la microrregión Noroeste. Ello aconsejó unir los límites de ambas regiones -Sur y Noreste- como un gran corredor que ofrece distintos tipos de turismo.
Podemos así afirmar que estas piezas territoriales o microrregiones son dinámicas, se reinventan y redefinen constantemente. Y ello es deseable, ya que estos límites son coconstrucciones sociales. Definir microrregiones permite maximizar las fortalezas y minimizar las desventajas de cada localidad desde una dimensión mayor a la individualidad.
En determinados supuestos no pareciera ser aconsejable adoptar decisiones homogéneas para toda la provincia frente a las realidades diversas en el territorio. Tampoco pareciera razonable definir 57 decisiones distintas, que es la cantidad de gobiernos locales. Cierto grado de generalización junto a determinados grados de especificidad se desprenden de este análisis microrregional.
Pensando en el día después, adoptar este enfoque, junto a otros, puede acaso permitir construir propuestas, estrategias y políticas públicas integrales e integradas, mejor direccionadas y acordes a la realidad de cada rincón de nuestra provincia.
Sin bien estos 3 enfoques ya se trabajan en Copade, con la nueva normalidad que tendremos pos covid-19, se complementarían fuertemente para lograr mirar cada microrregión desde el enfoque de riesgo y a la luz de la Agenda 2030-ODS. Así podremos alumbrar nuevas formas de convertir los desafíos en oportunidades, de manera planificada.
* Titular de la Secretaría de Planificación para la Acción y el Desarrollo (Copade) de Neuquén
**Directora de Planificación de la Provincia de Neuquén
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