Un neuquino va camino a la gloria

Jonatan Lillo es uno de los seis finalistas del programa "Coronados de Gloria". Cuenta su vida en Picún Leufú y cómo lo soñó algún día.

Más allá del resultado final del reality, Jonatan imagina y recuerda. Es que se le mezclan los sueños que nunca pensó cumplir, con el escenario de su pueblo que lo espera con los brazos abiertos el día que esté de vuelta. Imagina brazos y lágrimas, muchas lágrimas que resuman emociones contenidas y afecto. Es que costó tanto llegar a este punto, a estar entre los seis mejores del país del programa de Canal 9, «Coronados de Gloria», que será justamente el momento de reconocer tantas muestras de cariño de un pueblo que cada sábado, cuando empieza el ciclo, se paraliza para estar pendiente de él.

Jonatan Lillo, «Jony» (20), como lo llaman sus amigos y familiares, nunca estuvo nominado como para que su continuidad esté en riesgo, pero admite que le puede tocar en cualquier momento.

Jonatan habló con «Río Negro»desde la estancia donde vive por estos días en la provincia de Buenos Aires, donde graban, estudian, ensayan y se divierten.

Y sabe, claro que sabe que está a un paso de la gloria.

La historia mezcla casualidades con esfuerzo, lágrimas con sueños y una enorme vocación por el canto, por el folclore. Mezcla esfuerzo por hacer todo a la vez, cantar, presentarse al concurso y trabajar. Nada sería posible si uno de esos eslabones faltara. Y un rol clave juega en esta historia su mamá, socia de los sueños y acompañante de ilusiones.

La familia de Jony es chica, además de él y su madre, tiene un hermano de 17 años, que también está ligado a la música, pero como percusionista.

«Lo soñé, juro que lo soñé, soñé que alguna vez iba a estar en la tele para todo mi país. Y siempre lo tomé como un sueño imposible, pero no hay imposibles cuando se pone el alma, el corazón y la honestidad. Las cosas pueden demorar, pero se concretan».

Contame sobre la primera vez que cantaste, cómo te descubrieron…

Tenía ocho años, cantaba en el baño, siempre fui muy tímido, apenas cantaba cuando nadie me veía. La ventanita del baño daba a la calle. Por ahí pasaba siempre el maestro y se ve que me escuchaba. Un día fui a la escuela en Picún Leufú y el maestro me dijo «tenés que cantar, cantás muy bien». No sé cantar, le respondí. 'Sí sabés, te escucho todos los días', me dijo el maestro».

Había un acto en la escuela, no me animé a cantar y el maestro lo entendió. Pero cuando el acto se estaba haciendo, yo estaba escondido en un pasillo de la escuela y empecé a cantar solo. Todos se callaron y yo seguí cantando el tema de Mercedes Sosa «sube, sube, bandera del amor». Recuerdo que mi mamá lloraba de la emoción porque ni ella imaginaba que era yo.

¿Cómo llegaste al programa?

Son dos instancias, una fue para un programa de Bahiano, donde canté y recibí el reconocimiento de buena parte del país. Ahí competí y gané. La otra fue la de «Coronados…», tuve que ir a Bariloche, me fui a las dos de la mañana, con un frío bárbaro y sin un peso, llegué a las cinco. Pero valió la pena el esfuerzo porque me eligieron y aquí estoy.

¿Habías cantado antes en algún grupo?

Siempre solo, aunque recuerdo que canté unos meses, no porque me gustara sino como gauchada, para un grupo de cumbia que tenía mi hermano, pero no era lo mío, lo mio era el folclore.

¿Cómo es tu familia?

Somos muy humildes, no nos falta ropa ni comida, pero vivimos con lo justo. Mi mamá estudió y trabaja, mis abuelos también eran muy humildes. Mi abuelo tocaba la verdulera en Santo Tomás. No nos sobra nada.

¿Tuviste que trabajar alguna vez?.

Claro, siempre trabajé. Trabajé en una chacra, cuidé caballos, en la municipalidad, el año pasado repartí diarios «Río Negro»: me levantaba a las cinco de la mañana. Hice muchas cosas y no tengo problemas en hacer tampoco las cosas de la casa. Cómo no hacerlas, si mi mamá se rompe el lomo… lo menos que tengo que hacer es ayudarla.

¿Estás estudiando?

Sí, estos meses tuve que dejar, pero estoy en el último año del secundario. Ahora tengo que ver cómo sigo porque tengo ganas se venirme a vivir a Buenos Aires. Por lo pronto voy a rendir libre.

¿Se te están abriendo nuevas puertas?

Sí, ya me están llamando desde la fiesta del Chivito, del Puestero, me encantaría, seguro que voy a ir.

 

Jorge Vergara

Fotos: «Coronados de Gloria» y Muncipalidad de Picún Leufú


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