Un símbolo de la cordillera, de gran valor ecológico

El notro, también conocido como fosforito, ciruelillo, (firebush, en inglés), es un árbol endémico de los bosques templados australes de Argentina y Chile. Especies de este tipo, además de otorgar identidad a nuestra región, son muy útiles en materia de conservación.

El notro (Embothrium coccineum), según el tipo de ambiente en que se desarrolla, es un arbusto (de 2 a 5 metros de altura) o un arbolito (de hasta 18 metros de altura) de corteza lisa -rojo grisácea- y hojas alternas, variables en tamaño. Pertenece a la familia botánica de las Proteáceas, en la que también se encuentran otras especies como el radal (Lomatia hirsuta), el fuinque (Lomatia ferruginea) y el avellano (Gevuina avellana). En la Argentina, se distribuye a lo largo de un extenso gradiente latitudinal -desde el lago Ñorquinco (provincia de Neuquén; 39º latitud Sur) hasta Tierra del Fuego (55º latitud Sur)- y altitudinal -hasta los 1.200 metros de altura. Puede, asimismo,  desarrollarse con éxito en una gran variedad de ambientes: desde terrenos anegados (turberas) hasta suelos arenosos de la estepa cercana a la zona cordillerana. En la mayoría de los lugares en que habita, este arbolito pierde sus hojas al iniciarse el otoño. Estas son alargadas, de color verde brillante en la cara superior y más claras en la cara inferior. El notro florece entre noviembre y enero y fructifica hacia fines del verano. Sus flores -de color rojo escarlata (de allí su nombre “coccineum”)- son grandes, tubulares y se agrupan en racimos terminales. Por su color, su forma y porque secretan gran cantidad de néctar, las flores de notro son muy atractivas para las aves, en especial para el Colibrí Rubí (Sephanoides sephaniodes). El fruto es un folículo leñoso cuyas valvas contienen algunas semillas castañas y aladas, que son dispersadas por el viento. Se considera que el notro es una especie “pionera”. Resiste la sequía, soporta muy bajas temperaturas y requiere alta luminosidad para desarrollarse. Estas características hacen que sea capaz de colonizar sitios donde han ocurrido incendios o avalanchas o que han sido abiertos por actividades humanas como la  tala o la ganadería.

Podemos decir, entonces, que especies nativas como el notro –además de caracterizar a la región andina- son muy útiles pues nos ayudan a recrear paisajes previos (destruídos por catástrofes naturales o actividades antrópicas)  y porque proporcionan alimento a algunas especies de aves cuyos hábitats han sido fragmentados o deteriorados.

Sonia Elibeth Rivas E mail festucapallescens@yahoo.com.ar

 

En el año 2000, a propuesta del Servicio Forestal Andino de San Carlos de Bariloche, la Cámara de Diputados de la provincia de Río Negro declaró el notro como “Flor Andina”. ¿Cómo obtenemos plantas de notro? Para lograr que ejemplares de notro prosperen favorablemente en los jardines de la zona cordillerana hay que simular las condiciones ambientales naturales. A fines de Febrero o principios de Marzo, se colectan las semillas y se guardan en bolsas de papel, en lugar seco y fresco. A fines de Julio, aproximadamente, se llena una bolsa plástica con arena, se agregan las semillas y se humedece la muestra con agua. La bolsa cerrada se coloca en la heladera, a una temperatura de 4 o 5º, durante 45-50 días. A fines de Septiembre o principios de Octubre, se realiza la siembra, utilizando una mezcla de dos tercios de tierra negra y un tercio de arena.

 

Diferentes usos de la especie El notro se cultiva como especie ornamental (en San Carlos de Bariloche embellece la calle Angel Gallardo). La madera de notro tiene alto valor comercial, siendo frecuentemente utilizada en construcción y elaboración de artesanías. Sus hojas y corteza  se utilizan con fines medicinales para el dolor de muelas y como cicatrizante de heridas. El decoctado de las flores se usa para teñir lanas o telas de color rosado.

Bibliografía consultada Konrad Naumann E. y Naumann M.; 1995; “Flores de Bariloche”. Brion, C., Puntieri, J., Grigera, D., Calvelo, S.; 1998; “Flora de Puerto Blest”. Mathiasen, P., Rovere, A., Souto, C., Prémoli, A,; 2005; “La flor andina de Río Negro”. Rovere, Adriana; 2006; “Cultivo de Plantas Nativas Patagónicas: Árboles y Arbustos”.


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