Vida de estudiante
Parte de los retos de la nueva experiencia en la Facultad fue lograr insertarse. Al principio “no entendía nada”, dijo Walter, que se encontró bastante desorientado ya que “ni siquiera encontraba la puerta”. Pero luego de participar de las cursadas y caminar los pasillos de la Facultad, la sensación de ser un extraño fue desapareciendo. Parte de esa ayuda para emprender el desafío se logró por el acompañamiento voluntario de cinco estudiantes avanzados, que comenzaron a compartir con ellos las estrategias de estudio. Debido a que los horarios que impuso la Justicia se limitan a la cursada, es imposible el uso de la biblioteca, es por eso que dos estudiantes de Servicio Social, dos de Sociología y otro de Abogacía asisten al penal una vez por semana para ayudarlos académicamente.
Comentarios