Chávez Aguilar reconoció que mató a Garnica

“Fue en defensa propia”, dijo el acusado en el inicio del juicio. Admitió una vez más que lo ultimó de tres disparos.

“La última vez que lo vi fue cuando me fui a cuidar a mi nieto. Él se quedó durmiendo”, recordó entre sollozos Cristina Lepin, la madre de Miguel Garnica, el joven asesinado en el barrio Eva Perón y encontrado días más tarde en el pozo de una letrina.

Ayer comenzó el juicio contra Teresa Aguilar Leuquén, Aníbal Chávez y Maximiliano Bascur, todos procesados con prisión preventiva por homicidio doblemente agravado, por la participación premeditada de dos o más personas, y por haber sido cometido con alevosía.

Aníbal Chávez Aguilar señaló al tribunal que mató a Garnica “por defensa propia”. Dijo que lo vio en el barrio, le disparó “tres tiros de frente” y lo metió en una bolsa. Bascur en cambió dijo que es inocente. “Yo fui a comprar droga a la casa de los Garnica” señaló.

La tensión que ambas familias mantienen en las calles se trasladó a la sala de audiencias. Los agentes policiales y el Cuerpo de Intervenciones Especiales Penitenciarias se apostaron con escudos y los rostros cubiertos. En tan solo media hora ambas partes se cruzaron con insultos y amenazas.

“Me da asco la gente que arruina a los chicos”, vociferó Bascur quien, a pesar de la intervención del juez Rubén Marigo.

Cristina Lepin juró decir la verdad ante el Tribunal, tomó el micrófono y comenzó su relato ante el pedido de la fiscal Betiana Cendón. Dijo que la última vez que vio a su hijo fue el 29 de enero a las 8 de la mañana, mientras Garnica dormía en una de las habitaciones de su casa. La mujer cumplía años al día siguiente. Sus hijos habían pensado una sorpresa para ella y por eso comenzaron a preguntar por su hermano. Sin embargo un llamado “de la Policía”, averiguando si sabía dónde estaba Miguel, le advirtió que algo malo había ocurrido.

“No recuerdo más nada porque entré en estado de shock”, se disculpó la mujer. La fiscal le agradeció y ella solo atinó a tomar una foto de su hijo antes de sentarse frente a los acusados.

El siguiente en declarar fue Rubén Urzagasti, el comisario que prestaba funciones en la Unidad 28 del Alto. Explicó que recibieron “un llamado” en el que se les comentó acerca de lo ocurrido en la casa de los Chávez Aguilar, y el aviso a la Fiscalía para contar con una orden de allanamiento.

El primero de los procedimientos sirvió para encontrar una vaina servida calibre 38 y una remera con sangre. El mismo trámite se repitió dos veces más. La aparición de una hormigonera, un cúmulo de papel higiénico usado y la ausencia de la letrina les llamó la atención.

Los agentes encontraron una fina capa de hormigón y en la fosa “una bolsa de nailon y el cuerpo de Miguel”. El comisario destacó la “tranquilidad” de los detenidos que tendrán que afrontar dos jornadas más de juicio.

“Esto es justicia para los transas. Los maldigo a estos transas. Parece que la Justicia tiene todo arreglado. No cobren coimas”.

Maximiliano Bascur, a los familiares de Miguel Garnica y a los jueces.

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“Esto es justicia para los transas. Los maldigo a estos transas. Parece que la Justicia tiene todo arreglado. No cobren coimas”.

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