Incendios: monitoreo y recomendaciones

Según el INTA, la peligrosidad de los incendios para esta temporada es menor que la del 2017 en los departamentos de Adolfo Alsina, norte de General Conesa y Pichi Mahuida.

Con el fin de determinar la probabilidad de incendios, especialistas en Recursos Naturales de la Estación Experimental Valle Inferior y sus Agencias de Extensión realizan anualmente un monitoreo de los departamentos de Adolfo Alsina, Norte de General Conesa y Sudeste de Pichi Mahuida. El diagnóstico se lleva a cabo a fines de noviembre, mediante recorridos por rutas y caminos transitables. Se georreferencia cada estación de observación y se estima la superficie cubierta por arbustos, vegetación herbácea y suelo desnudo. En algunas de las estaciones se llevan a cabo, además, cortes de vegetación no leñosa.

La acumulación de biomasa hasta noviembre indica la cantidad de combustible fino que habrá durante el verano (temporada de incendios), ya que luego comienza a secarse y detiene su crecimiento.

Al estar identificados los sitios con precisión, tanto en 2016 como en 2017 se muestrearon los mismos lugares, lo que permitió comparar situaciones. La cantidad de material fino disminuyó en un 51% en la región, aunque se puede apreciar un comportamiento disímil según el departamento. En Adolfo Alsina el descenso llegó al 40%, en Conesa a un 48% y en Pichi Mahuida fue de un 60%.

Las imágenes también reflejan la variación interanual. Cada una se elaboró sumando el índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) del período de crecimiento, que simula la acumulación de biomasa. Es muy notoria la menor tonalidad entre cada año. Dichas acumulaciones, tanto de cortes como las calculadas vía imágenes, indican que la peligrosidad de incendios para esta temporada es menor que en la anterior en la zona mencionada.

Los cambios más relevantes se observan en los sectores quemados la pasada temporada estival. En dichos sitios la recuperación del pastizal no estuvo a la altura de lo esperado, con mucha variabilidad. El volumen de combustible fino acumulado y el renoval arbustivo en estado vegetativo presagian que esa amplia superficie corra aún menor riesgo de quemarse.

También en los muestreos se observó que la fenología de las plantas era distinta al noviembre anterior. Si bien en esta época el pastizal se encuentra en estado reproductivo, en el ciclo 2017 se halló un mayor porcentaje de macollos verdes. Esta presencia de verdor se explica por las diferentes condiciones meteorológicas que se registraron en las dos temporadas analizadas.

Si bien la pluviometría marca un importante descenso de los milímetros caídos en este período, la incidencia de temperaturas más bajas y mayor porcentaje de humedad ambiente hicieron que las plantas envejecieran con posterioridad respecto al año anterior. Por otro lado, hubo pocas formaciones de tormentas, lo que fue demostrado por las escasas precipitaciones de diciembre. Vale recordar que el verano pasado el inicio de los incendios en la zona fue ocasionado por rayos de tormentas eléctricas secas. Claro está que también existe el factor humano cuando se pretende limpiar el campo en momentos de alto riesgo (temperaturas elevadas, fuertes vientos, baja humedad), sin comunicación a los organismos encargados de combatir siniestros ignífugos (Defensa Civil, Destacamentos de Bomberos, SPLIF) ni vecinos, cometiendo un descuido o aprovechando una descarga eléctrica de la naturaleza para expandir la superficie quemada.

El riesgo de inicio de incendio depende de tres factores: presencia de combustible, presencia de calor (chispa, fósforo o rayo) y presencia de oxígeno (viento). Se sabe que el viento siempre está presente, el combustible está mapeado y analizado y sólo queda el factor restante, que en algún momento puede hacerse presente.

Según el pronóstico extendido del Servicio Meteorológico Nacional, en la zona se pronostican precipitaciones normales o inferiores a lo normal y temperaturas normales o superiores a lo normal hasta el próximo trimestre. Esto aporta al riesgo de incendio, ya que la vegetación podría estar más seca que lo normal en estos períodos de escasa humedad y altas temperaturas.

La recomendación del INTA es mantenerse en alerta, principalmente en los campos con sectores que no se quemaron el año pasado y/o donde hay gran acumulación de combustible fino. No olvidar el resto de los campos, porque a pesar de correr un menor riesgo, éste no es inexistente.

Pulso Rural


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