Productores reclamaron en Allen: “miles de toneladas de peras y manzanas se van a pudrir”

Productores de Allen, Cipolletti y Fernández Oro se manifestaron en la Secretaría de Fruticultura de Río Negro. En señal de protesta por la crisis que atraviesa el sector, arrojaron plantas de peras arrancadas del monte en el ingreso al organismo estatal.

Esta mañana los chacareros llegaron al edificio que está situado a la vera de la Ruta 22, en Allen, para dialogar con el titular Fruticultura, Carlos Banacloy, quien no se encontraba en el lugar. Molestos porque el funcionario les había dicho que los iba a recibir, exigieron una reunión para el viernes con el ministro de Producción, Alberto Diomedi.

Después de algunos llamados telefónicos, Diomedi contestó que los atendería el próximo martes, después de la Navidad, pero esa respuesta no convenció a algunos de los productores. “Diomedi no puede tener otro tema más importante en agenda que no sea atender el reclamo de la fruticultura, que es la principal actividad económica de la provincia”, reclamó Carlos Zanardi, presidente de la cámara de Fernández Oro.

Mientras llovían las críticas por la falta de acción de la Secretaría de Fruticultura y se acentuaba la idea de que ese organismo así como está no sirve para nada, algunos pidieron por la presencia del gobernador. Además, se comunicaron con el presidente de la Federación de Productores, Sebastián Hernández, para que acompañe el pedido.

“Entre 200 mil y 300 mil toneladas de peras y manzanas se van a pudrir en las chacras por falta de calidad, problemas de granizo y por no haber hecho las tareas culturales correspondientes. Eso es una ofensa a la naturaleza y deberíamos emplear todos los medios que tiene el Estado para evitar que eso ocurra. Ya no alcanza la palabra crisis o estamos fundidos, la fruticultura está fuera del mundo por lo que han hecho los gobiernos y los distintos sectores”, señaló el productor cipoleño, Carlos Carrascós.

Para los productores que se manifestaron en lo que llamaron como una “medida gremial”, el Estado tiene que utilizar todos los recursos posibles, poner en funcionamiento la capacidad ociosa del empaque, el frío y la industria juguera, para impedir que la fruta se pudra. “Tiene que haber un acuerdo con los bancos, los sindicatos y los proveedores de servicios. Nadie puede estar ausente. Acá hay un sector que se mueve”, agregó Carrascós.