Cruzar los Andes en barco y bici

Un aventura ideal para los fanas del cicloturismo. Incluye navegar entre montañas, pedalear por parques nacionales y la chance de conectar con varias rutas del sur chileno.

Son 43 los cruces que se pueden hacer desde Argentina a Chile. Sí, leyeron bien: 43. Un número gigante que de sólo pensarlo nos quita el aire. Cada uno de ellos tiene su complejidad. No es lo mismo hacer el paso Sico en Salta que alcanza los 4.578 msnm que el paso Dorotea en Santa Cruz cuyo punto máximo es de 605 metros. No solo hay que tener en cuenta la altura, también hay que sumarle los vientos, las bajas o altas temperaturas y las lluvias. En un viaje así nada puede quedar librado al azar.

Pero vamos, ¡al menos a uno nos tenemos que animar! Revisando opciones descubrimos que existe una de película, el Cruce Andino Bike. Conecta Bariloche con Petrohué, atraviesa lagos y es ideal para conocer la cordillera de los Andes.

Salimos desde Puerto Pañuelo a las 9:30 am. La travesía empieza allí, en la península Llao Llao.

Si viajamos con alforjas, las vamos a tener que sacar de la bici y dejarlas en el muelle. Personal del puerto se va a encargar de entrar todo el equipo al catamarán. La bicicleta va a ir sobre la cubierta.

Después de presentar el documento, los pasajes y pagar la tasa de embarque, estamos listo para comenzar la aventura.

Primera navegación

Es por el lago Nahuel Huapi y dura una hora. A medida que nos vamos alejando del puerto, nos acercamos a la isla Centinela donde descansan los restos del Perito Pascacio Moreno, político, explorador y geógrafo argentino que donó las tierras que hoy pertenecen al Parque Nacional Nahuel Huapi.

El escenario se angosta. Entramos en el brazo Blest, despedimos al bosque andino patagónico y le damos la bienvenida a la intensa selva valdiviana.

Una vez en Puerto Blest, se vienen los primeros tres kilómetros en bicicleta.

Vale la pena frenar para ver el río Frías y su color verde esmeralda. Sus aguas provienen de los glaciares que están en la cima del cerro Tronador.

El camino es de tierra, bien verde y húmedo por ser uno de los lugares más lluviosos de Argentina (caen unos 4.000 mm al año).

En este trayecto hay algunos senderos cortos para caminar, pero hay que estar atentos al reloj para llegar a tiempo a la segunda navegación del día.

El lago Frías

Una vez en puerto Alegre navegamos el lago Frías durante veinte minutos.

Subimos la bici al catamarán y nos maravillamos con la vista de la Cordillera de los Andes. Si el clima lo permite llegaremos a ver la cumbre del cerro Tronador con sus casi 3.500 metros de altura. Una vez en puerto Frías ya estamos en tierras chilenas.

Pedaleamos por uno de los parques nacionales más vírgenes de Chile y el más antiguo, el Vicente Pérez Rosales.

Son 27 kilómetros por caminos inhóspitos y vírgenes rodeados por coihues, ulmos, olivillos y arrayanes. No hay tráfico, salvo los micros que trasladan a los pasajeros que están haciendo este mismo recorrido pero a pie. Algo para tener en cuenta: en todo este trayecto no hay servicios.

Los primeros cuatro kilómetros son los más difíciles. El camino tiene muchas piedras sueltas y presenta una pendiente bastante pronunciada.

Una vez que llegamos al hito fronterizo, la subida se convierte en una bajada gloriosa hasta acceder a Peulla, una villa turística en donde se puede comer y descansar.

Aduana

En Peulla hay que hacer los trámites de aduana y migraciones. A veces, dependiendo de la época del año en que se realice la travesía, la embarcación que cruza el lago Todos los Santos hacia Petrohué sale más temprano que de costumbre.

Recomendación: a disfrutar del camino y no hacerlo a las apuradas. El pasaje para cruzar el lago mantiene la vigencia por seis meses.

La tercera navegación es por el lago Todos los Santos y dura alrededor de dos horas. El camino es escoltado por montañas, cascadas y los volcanes Tronador, Puntiagudo y Osorno.

Otra vez sobre ruedas

Llegamos a Ensenada y podemos seguir hacia el sur rumbo a la Carretera Austral (uno de los caminos más lindos del mundo para hacer en bici), hacia el norte para Osorno por la U-99-V costeando el lago Llanquihue o hacia el oeste hasta Puerto Varas, Frutillar o Puerto Montt.

Si seguimos hacia Puerto Varas, vamos a pedalear por una bicisenda pavimentada de 64 kilómetros. Además durante todo el viaje nos acompañará la imponente vista del volcán Osorno. Otro lujo que convierte este viaje en una experiencia inolvidable.

El precio

La bicicleta ideal para

esta aventura

Lo que hay que saber

sobre la excursión

Peulla: alojamiento, excursiones y trekking

Datos

$ 1.848
cuesta el Cruce Andino Bike. Sólo se contratan los tramos lacustres. Los terrestres deben ser realizados en bicicleta.
Es indispensable contar con bicicleta propia.
Lo ideal es que sea una mountain bike de 24 velocidades como mínimo.
Si se quiere acampar es necesario llevar portaequipaje y alforjas para cargar todo el equipo.
No es recomendable usar mochila.
Por cualquier inconveniente en el camino conviene llevar una multiherramienta, solución, parches, una cámara de repuesto y precintos.
Es obligatorio usar casco.
Turisur es la empresa que ofrece este cruce desde la argentina.
Se hace durante todo el año, todos los días, menos el 1º de mayo.
Es importante reconfirmar los horarios de salida de los catamaranes el día del viaje (pueden modificarse sin previo aviso).
Es un lugar muy lluvioso, sobre todo en otoño-invierno. Tenerlo en cuenta antes de planificar la salida.
Peulla está ubicada en el centro del Parque Nacional Pérez Rosales. Se puede pedir permiso y armar la carpa detrás de alguna casa, dormir en una pensión o descansar en los hoteles Peulla o Natura Patagonia.
Además de recorrer la villa turística, se pueden hacer paseos en 4×4, cabalgatas, canopy y kayak.
Trekking: hay senderos de montaña para adentrarse en la selva valdiviana.

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