Hagámonos cargo para facilitar la lactancia materna

María del Carmen Morasso*


Las madres necesitan apoyo, amamantar es algo que se aprende y muchas mujeres tienen problemas en el inicio. Hay varios actores que pueden ayudar o interferir con la decisión.


De 1992 en adelante, todos los años durante los primeros días de agosto, se lleva a cabo la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Este año, bajo el lema “Empoderémosnos: ¡hagamos posible la lactancia materna!”.

El concepto “empoderar” está asociado habitualmente a dar poder a personas o minorías que se encuentran en desventaja. En el lema, el verbo está expresado en imperativo, reflexivo. Es decir, la acción empoderar vuelve hacia cada uno de nosotros como un búmeran y nos interpela para que nos hagamos cargo de nuestra responsabilidad, y que más niños puedan gozar su derecho de ser amamantados.

Toda la sociedad debe tomar conciencia del apoyo que necesita cada madre para sostener la lactancia materna, de manera exclusiva hasta los 6 meses del bebé y continuar luego el tiempo posible, idealmente hasta los 2 años.

Existe un claro desafío para buscar soluciones innovadoras e inteligentes y superar obstáculos que llevan a las madres a descontinuar la lactancia.

No existe mejor alimento para los recién nacidos y lactantes que la leche materna.

No solo aporta todos los nutrientes necesarios, sino que es el único alimento que provee anticuerpos para protegerlos de contraer enfermedades frecuentes como neumonía, sarampión y diarrea; ayuda a crear una flora intestinal saludable; y mejora el metabolismo de los hidratos de carbono a largo plazo.

Los niños amamantados fortalecen su confianza básica y su seguridad a través del contacto con la madre, el intercambio de miradas, la sensación de ser alimentado cuando tiene hambre.

Tienen menos riesgo de padecer muerte súbita en el primer año de vida, y en su adolescencia y adultez tienen menos riesgo de padecer sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2.

Además, obtienen de 2 a 5 puntos más en los indicadores de desarrollo cognoscitivo. Y tienen asegurado su alimento, especialmente en momentos de crisis económica en su hogar.

En el 2015, el Ministerio de Salud de la Nación observó que a los 2 meses de vida solo 58% continuaba siendo amamantado y para 6 meses 65% estaban desprotegidos de este beneficio natural.

Existe un beneficio para la madre, ya que reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario, diabetes tipo 2 y depresión posparto; y también para el Estado por los altos costos asociados a no amamantar.

En Argentina, la mayoría de los niños salen de las maternidades con la lactancia materna iniciada.

En el 2015, tras una encuesta, el Ministerio de Salud de la Nación observó que a los 2 meses de vida solo 58% continuaba siendo amamantado y para 6 meses 65% estaban desprotegidos de este beneficio natural.

Ante esta problemática, cabe preguntarnos: ¿quién es responsable de garantizar la lactancia materna? Habitualmente se asume que es la madre quien concentra la responsabilidad, pero hay otros actores que pueden ayudar o interferir con la decisión materna.

¿Está preparado el padre, el resto de la familia, los equipos de salud, la comunidad, los empleadores, los jardines maternales, para asumir como propia esa responsabilidad?

Las madres necesitan apoyo, amamantar es algo que se aprende y muchas mujeres tienen problemas en el inicio.

Corresponde que los padres participen y sean capacitados desde el embarazo, para compartir otras tareas de crianza de los hijos.

Las autoridades de salud deben poner en práctica la ley nacional 26873 de promoción y concientización pública de la lactancia materna, y los equipos de salud tienen que formar grupos de apoyo a la lactancia a nivel comunitario.

También, es necesario dar a conocer la línea telefónica gratuita para apoyo a la lactancia (0800-222-1002 opción 7) para acercar a las familias al equipo de salud especializado.

Los jardines maternales deberían disponer de espacios apropiados para que la madre, si puede y lo desea, llegue a dar de mamar a su niño o pueda extraerse su leche y dejarla en condiciones de conservación apropiadas para que le sea administrada.

Los empleadores tienen que garantizar espacios de lactancia, para que el amamantamiento se dé en un ámbito higiénico y privado.

Es necesario que nos informemos para conocer en qué situación concreta podemos sumar para que muchas madres continúen la lactancia. Será cuestión de compartir tareas, asumir responsabilidades, educar y comunicar.

*Médica especialista en Nutrición, profesora adjunta de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad Austral


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