La familia del kayakista que cayó al lago Moreno propone un sendero

Explicaron que durante la búsqueda de Andrés Quinteros, se encontraron con la imposibilidad de circular por la costa del lago Moreno debido a las tranqueras y alambres de púa enterrados.

La familia de Andrés Quinteros,  el muchacho que está desaparecido desde el miércoles 9 de diciembre cuando su kayak se dio vuelta en el lago Moreno, propuso abrir un sendero que una la Playa del Viento con el puente del Moreno Chico. El camino llevaría su nombre.

Queremos que todo esto no sea en vano. La idea es que todos los vecinos puedan caminar por ese sector. Son entre 10 y 12 kilómetros y hoy, está todo cercado. Nos dimos cuenta en estos días buscando a mi sobrino”, especificó Leonado Nicolás, el tío de Andrés.

Relató que durante el operativo de búsqueda, algunos vecinos habilitaron el paso pero advirtió que “de otra forma, hubiera sido imposible cruzar por ciertos sectores ya que no hay acceso al lago”. Describió que había alambres de púa enterrados en varios sectores.

Nicolás explicó que la concejal Julieta Wallace había hecho un pedido de informes sobre las costas libres días antes del accidente de Andrés. Por eso, le trasladaron la propuesta para hacer el sendero. Los familiares sueñan incluso con que el camino sea inclusivo para personas con discapacidad.

Es una especie de consuelo. Más allá de todo lo que sucedió, que haya un acceso libre. Quizás si esto hubiera estado, a mi sobrino nunca se le hubiese cruzado por la cabeza subirse a un kayak para pescar más adentro en el lago”, indicó Nicolás.

El tío de Andrés aseguró que los mismos guardavidas y los rescatistas del Club Andino reconocieron que el proyecto sería valioso “a nivel seguridad” y comprometieron su apoyo.

Nicolás contó que ese jueves cuando leyó la noticia respecto a la búsqueda de un kayakista, jamás imaginó que sería su sobrino. Lo supo recién a media mañana. “Fue inmensamente triste ver a mi hermana destrozada, a mi cuñado, con sus años a cuestas, volteando árboles, cortando alambres, metiéndose en el agua con la impotencia no poder hacer mucho más”, dijo.

Reconoció que ese mismo jueves, “sabíamos de alguna manera que era imposible que mi sobrino estuviera con vida. Después de salir a buscar, volvimos a la playa y mi hermana nos miraba esperando alguna noticia nuestra cuando, en realidad, no teníamos ninguna”.

Contó que a medida que pasaban los días, la familia empezaba a resignarse de a poco. “Es difícil. No es una muerte natural. No pudimos elaborar un duelo. No tuvimos tiempo de llorarlo. Su cuerpo no apareció. Para la justicia está desaparecido y para nosotros, también”, agregó.

Señaló que su hermana decidió organizar una musa para intentar cerrar el dolor de los familiares. “Fue una especie de adiós pero en realidad, no lo es. Porque para nosotros él se fue a pescar y todavía no volvió”, añadió.


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