Economía del conocimiento, una puerta al desarrollo

Los datos revelan que Argentina tiene un enorme potencial y es competitiva a nivel global. Las áreas de impacto y los desafíos de una actividad que crece, genera puestos de trabajo e ingresos netos de divisas.


Existe un sector que por diferentes motivos se ha convertido en protagonista de la economía nacional y global, y es el de la “Economía del Conocimiento” (EDC).


Desde hace al menos diez años los especialistas señalan el crecimiento exponencial de la incidencia de la híper conectividad y el acceso infinito a la información en las formas de emprender, producir y trabajar. El acceso al conocimiento se ha transformado a una velocidad nunca antes vista en la historia de la humanidad desde el inicio del Siglo XXI.

Aquello que antes requería enormes inversiones de dinero, espacio y tiempo, y quedaba por lo tanto velado al acceso de unos pocos, hoy se encuentra a la vuelta de un par de clics desde cualquier dispositivo móvil, a un costo cercano a cero, y al alcance de cualquiera.


La pandemia no hizo más que potenciar esa tendencia. La utilización masiva y en la mayoría de los casos obligada de la virtualidad como herramienta durante las restricciones implementadas para contener el Covid, generó un camino de ida en relación a un sin número de transformaciones de las cuales será difícil volver.

Cerebros y divisas. La Economía del Conocimiento tiene un alto potencial exportador, y argentina es competitiva a nivel global.


En ese marco,
Argentina se presenta como uno de los países de la región con mayor potencial humano, profesional y técnico, para el desarrollo de la EDC y la apuesta al fortalecimiento de las exportaciones de “Servicios basados en el Conocimiento” (SBC).

El crecimiento del sector ha sido sostenido en los últimos años, pero a la vez ha encontrado diversos escollos políticos y económicos que han impedido que ese crecimiento sea explosivo, al nivel de las posibilidades que ostenta el país en comparación con países de iguales características socioeconómicas en la región y el mundo.

Tendencia global


La incidencia de la EDC en la economía global crece a un ritmo acelerado desde el inicio del Siglo XXI, y esa velocidad se ha incrementado en la última década. La transversalidad del uso de la web en todas las relaciones de producción e intercambio, sumado a la multiplicación de plataformas, redes sociales, contenidos digitales y servicios de comunicación, han fortalecido el peso relativo del sector en el conjunto de la economía global.


Al respecto, resalta el crecimiento del intercambio de SBC entre países, el cual se advierte en el incremento de la participación del mismo en el comercio internacional. Según los datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y tal como se observa en el primer gráfico que acompaña la nota, los SBC representan en la actualidad el 11,15% del comercio global, el registro más alto de la historia para el sector.


A ello se suma la preponderancia a nivel mundial de los países emergentes como las principales usinas de SBC, cuya producción tiene como destinatario principal los a los países desarrollados, asiduos demandantes de los mismos. Según los datos que brinda la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), existe un grupo de apenas 20 países que concentra el 85% de las exportaciones globales de SBC. Un segundo grupo de 30 países, entre los cuales se halla la Argentina, representa otro 12,5% de las exportaciones globales de SBC.


Un claro ejemplo en este sentido son los países del este europeo. Durante la última década, Polonia experimentó un crecimiento del 146,7% en sus exportaciones de SBC. En el mismo lapso, Ucrania las hizo crecer un 134%, mientras que Rumania las incrementó en un 226,2%.


El caso polaco es particularmente interesante, dado que en muchos aspectos su estructura socio económica se asemeja a la Argentina. La estrategia utilizada por el país europeo fue el enclave de polos de desarrollo de EDC en diferentes ciudades del país, las cuales experimentaron un crecimiento explosivo en las exportaciones de SBC. Como resultado, Polonia exportó SBC por u$s 30.117 millones en 2020.

El panorama en Argentina


Un reciente estudio publicado por Argencon, una entidad que nuclea en Argentina a las empresas vinculadas a la Economía del Conocimiento, da cuenta de la evolución del sector en el país, las dificultades que enfrenta, y el potencial sendero de crecimiento virtuoso que podría explorarse en el caso en que se alinearan la iniciativa privada con los incentivos públicos adecuados.


De allí surge que pese a los incentivos naturales que ofrece la época y a la expansión abrupta que generó la pandemia, la dinámica del sector en Argentina va en dirección contraria que en el resto del mundo.
En el escenario mundial, nuestro país ocupa el puesto 39 en el ranking de los máximos exportadores de SBC en el mundo, y representa el 0,249% de las exportaciones mundiales de SBC. Llamativamente, hacia el año 2010 representaba el 0,4% y en 2019 el 0,27%.


Para encontrar las razones hay que considerar que el crecimiento explosivo de la EDC en resto del mundo achicó la porción argentina, al tiempo que el país no ha sabido generar los mecanismos para subirse un tren que pasa a toda velocidad.


En efecto, las exportaciones de SBC alcanzaron su punto máximo en el año 2017 cuando se vendió al exterior por u$s 7.335 millones. Desde ese entonces se abrocharon 10 trimestres consecutivos a la baja. El informe de Argencon indica que las exportaciones del segundo trimestre de 2021 muestran un crecimiento interanual del 12,4%, y sin embargo se ubican al mismo nivel que las de hace una década.

El segundo gráfico que acompaña la nota refleja la forma en la que las ventas al exterior de SBC experimentaron un notorio crecimiento entre 2016 y 2017, y a tono con la crisis cambiaria desatada en 2018, declinaron luego hasta los mismos niveles que exhibían hasta 2015. La secuencia parece revelar sin embargo, que un crecimiento rápido de las exportaciones es posible con el escenario y los incentivos adecuados.


Como hito en dicho periodo, hay que mencionar la sanción de la Ley 27.506 de Economía del Conocimiento, sancionada en 2019 y modificada en 2020, la cual en los papeles se propone dar impulso al sector, aunque también viene a generar el encuadre normativo que hasta el momento era escaso. Ese encuadre incluye obligaciones en cuanto a la contratación de personal, al marco regulatorio al momento de exportar, y estipula el cuadro impositivo que enfrenta la actividad.


Existen no obstante, tres áreas profundamente sensibles en las que el desarrollo de la EDC podría significar una oportunidad de crecimiento cualitativo y sostenible para toda la economía nacional.


El primero de ellos es el enorme potencial creativo, profesional y técnico que el país ya ha demostrado tener en cuanto a la EDC. Se trata de un sector en el que Argentina se muestra competitiva a nivel internacional, con capacidad de crecimiento y el talento suficiente para codearse con los grandes jugadores de las ligas mayores. Los datos de la UNCTAD muestran a nuestro país como el segundo mayor exportador de SBC de América Central y América del Sur, detrás de Brasil.

La Ley de Economía del Conocimiento y la eliminación de las retenciones a la exportación de servicios basados en conocimiento, son el puntapie inicial del incentivo que requiere un sector de altísimo potencial exportador.


Un síntoma inequívoco en este sentido, es el emergente de nuevos unicornios argentinos durante la pandemia. Cinco nuevas empresas tecnológicas de origen argentino lograron una valuación mayor a los u$s 1.000 millones durante la pandemia.


Un segundo aspecto relevante en cuanto al impacto potencial de la EDC, es la balanza de pagos. El estudio de Argencon destaca el hecho de que las exportaciones de SBC no están “calzadas”. Es decir, a diferencia de lo que sucede en la industria tradicional, no es necesario importar para hacer crecer las exportaciones. Ello hace posible que la EDC sea una actividad generadora neta de divisas. Los datos publicados por INDEC hasta el segundo trimestre de 2021, muestran que en el último año la actividad generó ingresos netos de divisas por u$s 467 millones.


No solo ello, sino que las exportaciones de SBC alcanzan para saldar los pagos de uso de propiedad intelectual del conjunto de la economía argentina, un ítem en el que nuestro país es importador neto.


El tercer elemento relevante en cuanto al impacto potencial, es el empleo. En la actualidad la EDC aglutina 436.000 puestos de trabajo, de los cuales unos 170.000 están dedicados con exclusividad a la exportación de SBC. La totalidad del empleo en la EDC representa hoy un 7% del empleo registrado nacional.


El último gráfico que acompaña la nota muestra la evolución del empleo en el sector desde 1996. Se aprecia con claridad el crecimiento lento pero sostenido que experimentó el empleo en la EDC. Se destaca además que el grueso de los puestos de trabajo se agrupa en torno a los servicios empresariales, profesionales y técnicos, los cuales incluyen la Investigación y el Desarrollo, y que el segmento de mayor crecimiento en cuanto a la generación de puestos de trabajo es el relacionado a software e informática, especialmente desde el año 2015 en adelante.


Los especialistas, y en particular los actores que participan de la EDC, señalan a su vez tres aspectos cruciales que representan la llave que podría destrabar el crecimiento sostenido del sector.

El primero es el incentivo público mediante políticas agresivas de impulso a la actividad. Una medida necesaria aunque no suficiente en este sentido, es la eliminación de las retenciones a la exportación de SBC, anunciada el mes pasado y con vigencia desde 2022. La puesta en marcha de la Ley 27.506 en toda su amplitud, es un paso en la misma dirección.

El segundo tiene que ver con la disponibilidad de capital de riesgo para sostener el crecimiento de los nuevos proyectos de inversión, algo que los nuevos unicornios argentinos en general debieron buscar en el exterior.

El tercero es la brecha cambiaria, y las enormes trabas que los actores de la EDC encuentran al momento de liquidar las ventas de servicios que realizan al exterior, lo cual desincentiva la exportación, y genera la emigración de talentos a países vecinos.

Datos

39º
El puesto que ocupa Argentina entre exportadores de Servicios Basados en Conocimiento (SBC) del mundo.
436.000
Los empleos que aglutina la Economía del Conocimiento en Argentina. Representa el 7% del total del empleo registrado en el país.

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