Semillas neuquinas, económicas y amigables con el ambiente

El Centro de Formación Profesional Agropecuaria de Plottier enseña cómo obtener semillas de tomate y morrón. Es una técnica libre de polinización que permite su reproducción y multiplicación.

La tierra tiene sus bondades, y una de ellas es la posibilidad que ofrece de producir alimentos. En momentos donde los productos de la canasta básica aumentan, se convierte aún más en una buena opción.

Desde el Centro de Formación Profesional Agropecuaria (CFPA) N° 1 de Plottier, con la herramienta de la educación, enseñan a todos los interesados cómo obtener semillas propias a partir del tomate y del morrón. Una técnica que no solo permite abaratar los costos, sino que además es amigable con el ambiente.


Esto motiva el proyecto Semillas Neuquinas, que busca fomentar la generación de espacios dedicados a la producción hortícola utilizando semillas criollas de libre polinización que permiten su reproducción y multiplicación.


En esta primera experiencia, se realizó con tomates peritas UCO 14 y UCO 15, y también variedades de morrones con semillas que provienen del banco de semillas del INTA-IPAF.


Desde el CFPA de Plottier explicaron que es “en post de abonar a un desarrollo sostenible beneficioso para el medio ambiente como así también para los productores regionales que, una vez entregadas las semillas, ellos mismos pueden multiplicarlas para futuros cultivos”.


Daniel Cortés, coordinador del centro de Plottier, resaltó que la utilización de este tipo de semillas genera un abaratamiento en los costos iniciales. Marcó que para implantar una hectárea (que permite cultivar en promedio 50.000 plantas) con semillas criollas se necesita invertir aproximadamente $6.000 en la compra, mientras que hacerlo con semillas híbridas, es decir aquellas modificadas genéticamente (para lograr una planta que cumpla con determinados requerimientos tales como tamaño, color, producción, precocidad, reducción del ciclo, entre otras), el gasto ronda los $ 140.000 en el mercado.

Dato

6.000
metros cuadrados fue la superficie que inicialmente se implantó con variedades de tomate criollas


Además sumó que las semillas híbridas, si bien empleadas bajo determinados contextos son ventajosas, por otra parte su utilización sin tener en cuenta el impacto que genera la implementación de su paquete tecnológico conlleva graves problemas para el ambiente.

Entre ellos la degradación progresiva en la calidad de los suelos debido a la utilización intensiva de insecticidas y fertilizantes, la contaminación del agua disponible, el desmonte indiscriminado de flora nativa, y la afectación directa a las faunas locales.


Por lo que la iniciativa busca dar a conocer las ventajas económicas, pero también ambientales que implica cultivar semillas criollas, por no tener la necesidad de utilizar intensivamente insecticidas y fertilizantes.

Es decir, apuntando a la reducción de residuos. Además que, a diferencia de las híbridas, también tienen la ventaja que a través de su multiplicación en los ciclos de producción, se van adaptando progresivamente al ambiente. Por ejemplo, permite que la planta de tomates peritas tengo la capacidad de readaptarse a las condiciones de cultivo superando perturbaciones exógenas.


Cortés contó que en noviembre colocaron los plantines y el 5 de febrero empezaron a cosechar los primeros tomates con variedades criollas. Fue de UCO 14 y UCO 15. Se hizo en una superficie de 6 mil metros cuadrados y se estima una cosecha de 35 mil kilos, por lo que en una hectárea el promedio es de 65 mil kilos. Con híbridas se llegan a obtener 115 mil kilos, pero con mayores costos iniciales y de manejo.

Dato

800 pesos
se vende el cajón de tomate perita, como una forma de promocionar la especie criolla. En el mercado ronda entre 1200 y 1400 pesos.


“Lo que buscamos es demostrar como con semilla criolla, no solo se mitiga el cambio climático usando viejas variedades. También trabajamos la biodiversidad y se promocionan viejas especies que pueden dar producción con menor valor económico, ser mas rentable y mitigar el cambio climático, y requieren menos agroquímicos”, resumió Cortés.


También mencionó que habrá una articulación con el Proda, un programa provincial que entre sus acciones distribuye semillas para las huertas familiares.


Una semilla que tuvo injusta mala propaganda


Martín Moronta, licenciado en Genética y actualmente trabajador en el INTA IPAF Patagonia, dictará en el CFPA de Plottier el taller que enseña el proceso de obtención de semilla de tomate y morrón.


“El del tomate es más complejo porque necesita una metodología, que es la de fermentar la pulpa, para poder separar la semilla de la pulpa, después se cuela esa semilla, para poder tenerla pura. Luego se tiene que secar para después conservarla”, explicó.


Diferenció que en el caso del morrón y pimiento, se corta la parte de arriba del fruto, se saca la semilla de forma directa y se la deja secar en un papel.


Moronta expuso que en los años 80 y 90 hubo una mala propaganda que se dio en un momento donde se decían que las variedades locales no tenían ningún valor y que no producían como las líneas comerciales. “Pero después se dieron cuenta que cuando se producía con las comerciales, el paquete tecnológico con esas semillas era muy caro, y entre 2000 y 2005 se volvió a valorar las locales. Porque además los agroquímicos están dolarizados y empezaron a ser mucho más caro”, señaló.


En el taller los asistentes verán todos los requerimientos nutritivos que necesita el plantín desde que llega al campo, el crecimiento y la parte de la obtención de la semilla. Y también la técnica de conservación y guardado de esa semilla para el año siguiente para que no pierdan el poder germinativo.

UCO 14 y UCO 15, son las variedades criollas que se implantaron. Foto: Gentileza

Capacitaciones variadas todo el año


Los otros cursos que se dan en El Puesto de Plottier son Producción Artesanal de Deshidratado de Frutas y Hortalizas, Elaboración de Artesanal de Sidra, Producción y Elaboración de Escabeches y Mermeladas, Elaboración de Vinos Tranquilos y Espumantes, Multiplicación de Plantas Orgánicas y Aromáticas, y Operario en Jardinería y Vivero.

Dependiendo de cuál sea la capacitación, tienen una duración entre tres y ocho encuentros.
“Hay muchas personas que quieren obtener sus propias semillas, lo que llamamos autoproducción de semillas locales. Hay muchos que lo hacen pero necesitan el conocimiento de las diferentes técnicas según los cultivos”, indicó Martín Moronta, capacitador del taller de obtención de semillas.

Para la temporada de otoño- invierno se abrirán otros cursos. Para más información se puede consultar el sitio www.elpuestoplottier.edu.ar.


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